Por: Rosario Orellana
El clásico español se tiñó de blaugrana. Lio Messi no solamente llegó a 500 goles con el equipo catalán sino que frenó por algunos segundos al todopoderoso Real Madrid. Pese a que los seguidores celebraron como nunca el triunfo, fue pura vanidad.
El Barça es líder provisional pero no tiene el trono asegurado. Los merengues aún cuentan con un partido menos en su haber y han sido beligerantes y contundentes a lo largo de la temporada. El equipo de Luis Enrique no.
Simplemente haber humillado al acérrimo rival, al que aún pelea la Champions League y presume un mejor momento, dejó un sabor de boca dulce para los visitantes en el enfrentamiento del pasado fin de semana.
En noventa minutos explotaron demasiadas emociones. Los roces entre Sergio Ramos y Gerard agregaron picante al platillo futbolístico que paralizó al mundo completo. Han pasado varias horas del juego y sigue siendo uno de los temas más comentados en las redes sociales.
Los seguidores dieron diez puntos al diez, que celebró el agónico gol del final quitándose la camisola retando a la afición adversaria. Sin embargo, la algarabía y los valiosos puntos, no escondieron las falencias del equipo.
Keylor Navas terminó desmoralizado por el final del partido. Creyó en sus compañeros y se permitió errores infantiles ante una letal ofensiva contraria. El mayor desatino fue desestimar al equipo que tuvo enfrente.
Muchos de los aficionados achacan a Luis Enrique el amargo momento que atraviesa la institución. Se quedaron con las manos vacías en la Champions, aún pelean contra corriente por la corona local y en otros certámenes son líderes porque nadie llega con la capacidad de exigirles de más.
La calidad del desempeño parece haber sido descendida a un segundo plano, pero seguro a quienes corrieron en el Bernabéu, silenciar a la afición fue como degustar el más afrodisíaco postre.
La victoria servirá como revulsivo para los culés pero el Real Madrid no desaprovechará las condiciones que aún lo tienen en las nubes.
Por su lado, el Barcelona no tendrá que desgastarse por jugar más que en La Liga y todas sus energías se enfocarán en desbancar a los hombres de Zinedine Zidane. A la escuadra le quedan solo seis partidos en la apasionante recta final.
Messi se defiende con goles
Al minuto 20 Marcelo disputó un balón con el argentino, que cayó al césped tras un fuerte codazo en el rostro. Sangró mucho de la boca, pero eso no lo dejó fuera, al contrario. El árbitro no decretó falta, pero Lio supo poner las cosas en su lugar.
No cabe duda que cuando decide pavonear su talento, lo hace a lo grande y ahora al menos devolvió un respiro al Barça que no pierde la esperanza de sumar la novena copa para “La Pulga”.
Revive el gol y la celebración del sudamericano:
Fotografía de Barcelona FC.