Me llamo Jeremías
Tengo 17 años
Vendo flores en San José Pinula
Soy el hijo más pequeño de 10 que tuvieron mis papás. Uno ya murió
Vivo por la iglesia Don Bosco
Soy originario de Momostenango, Totonicapán
Quiero un buen futuro para mí y mi familia, por eso estoy estudiando otra vez.
Vine a la capital cuando tenía 12 años, porque dejé de estudiar y me gusta trabajar. Mi papá no tenía cómo mantenerme y yo no conseguía trabajo porque era menor de edad. “Si querés ocuparte en algo ándate a la capital a lustrar zapatos”, me dijo.
Así empecé a trabajar con una caja que era de mi hermano. Cuando cumplí 14 años dejé de lustrar, con el dinero que logré juntar compré colchas, hamacas y otra mercadería en La Terminal y me hice vendedor ambulante.
Ahora vendo flores, gano como Q125 diarios, de eso me gasto en mi comida aproximadamente Q50 y ahorro Q75. Vivo con mis tres hermanos mayores, que también son vendedores en la calle.
La vida aquí en la capital es dura, hay muchos peligros, a veces no piensa uno en eso, pero si no trabajo no puedo comer. En invierno no se hace nada en todo el día, cuesta mucho.
A veces pienso, ¿por qué tengo esta vida?
Me arrepiento de haber dejado mis estudios, siempre me dijeron que siguiera porque yo era el último, pero no quise. Ahora quiero ser un profesional, obtener un buen empleo, por eso le pido a Dios todos los días que me ayude, tengo mucha fe y sé que así será.
A mi hermano le dieron una beca y trabaja en un banco, él me ayuda mucho, me dice que estudie, que no me desanime, que siga.
A mis papás los miro cada mes, siempre les ayudo. Quiero mucho a mi mamá, sufrió mucho por mí cuando era pequeño, me enfermé y me iba morir. Ya no quiero que mi papá siga trabajando, él también vende en las calles de mi pueblo. Algún día sé que voy a lograr alcanzar lo que me propuse.
Me llamo Moisés
Tengo 15 años y dos hermanos
Lustro zapatos donde se sacan los pasaportes
Vivo en La Terminal con un tío y mi hermano
Soy originario de Momostenango, Totonicapán
Quiero ser Ingeniero, para hacer construcciones y ayudar a mi familia.
Mi hermano me trajo aquí a la capital, vine en 2014, cuando terminé 5to. primaria, pasé aquí octubre, noviembre y diciembre. En enero me dijo “te tenés que regresar para que estudiés, eso te va servir, pero ya no me fui, aquí me quedé”, y me advirtió “algún día te vas arrepentir por no estudiar”.
Quise dejar de estudiar porque no entendía mucho, el profesor era muy enojado y no explicaba bien.
Por eso soy lustrador. Cuando empecé no sabía limpiar zapatos y había gente que me alegaba por eso, me trataban mal, pero no podía hacer nada. Compré la caja con la ayuda de mi hermano.
Poco a poco aprendí, ahora ya puedo, no me cuesta, cuando es un buen día me gano hasta Q200 y gasto como Q50 al día en mi comida.
Ahora sé lo difícil que es vivir aquí en la capital, quiero seguir con mis estudios, para ser Ingeniero y construir. En mi casa están contentos de que piense así y me dicen que le eche muchas ganas.
A mis papás los miro cada dos meses y los ayudo con lo que puedo, quiero que estén mejor, por eso me estoy poniendo las pilas.
Lecciones Brillantes
Es un proyecto auspiciado por Calzado Cobán y la Fundación Miguel Torrebiarte, el cual tiene como objetivo dar becas de estudio a menores que trabajan en la calle, como Jeremías y Moisés.
Atiende a 17 niños con bolsas completas de estudio y refacción nutritiva. Cuando recibe donaciones de personas o empresas altruistas las canalizan de acuerdo a las necesidades de los beneficiados.
El modelo de estudios implementado es bajo la modalidad de “primaria acelerada”, autorizado por el Ministerio de Educación y está dirigido a mayores de 13 años, que tengan un documento de identificación.
La etapa 1 del programa de estudios es de primero a tercero y, la etapa 2, de cuarto a sexto, sobre materias base como Idioma Español, Matemática, Ciencias Naturales y Estudios Sociales.
Las clases se imparten los sábados de 08:00 a 12:00 horas en las instalaciones del colegio San Francisco de Borja, ubicado en la 3a. Calle 0-78, zona 1.
El profesor Marlon Ruano refiere que el empeño y entusiasmo de los estudiantes por aprender es evidente, “por cómo los ha tratado la vida, cómo han sido sus amistades, el ambiente de sus hogares, es un poco difícil tratarlos, pero a la vez es muy satisfactorio, tienen muchas metas a largo plazo y cada uno se proyecta cómo quiere ser en el futuro, se les nota el interés que tienen por superarse”.