El base estrella de los Oklahoma City Thunder terminó su temporada entre alabanzas y críticas. El 9 de abril logró su tiple-doble número 42 y así elevó al cielo el récord de 55 años de Oscar Robertson de la temporada 1961-62 de la NBA.
Westbrook con todas esas luces y a sabiendas que es una superestrella continúa siendo un rey sin corona. Los Thunder ya sienten que se le va porque no ha decidido aún. Tengo la impresión que OKC no es el lugar para Russell y seamos sinceros, por mucho que él diga que le encanta la ciudad y que aún no ha pensado en firmar un acuerdo a largo plazo con Oklahoma, la cosa es que ya el equipo le queda chico. A mí me gustaría verlo en Boston o incluso San Antonio.
Las críticas a Westbrook vienen de todos los flancos. Que por sus malas decisiones en el último cuarto de varios partidos y egoísmo compulsivo. Incluso en la serie contra Houston parecía que solo pensaba en sus números. James Harden ganó el duelo. Houston es más equipo y OKC es Westbrook y eso no alcanza en competencias donde no hay juego de conjunto.
Russell hace recordar mucho a Allen Iverson; una águila solitaria, explosivo, fantástico, toda una leyenda pero en el club de los que nunca lograron levantar el trofeo de la NBA. Russel se merece todo porque ha dado tanto esta temporada, al deporte y a los fanáticos. Solo con el simple hecho de hacer soñar con tiros ganadores, jugadas imposibles y canastas de último segundo es suficiente para ponerlo en un pedestal con vidrio incluiro. No olvidemos los enormes y largos triples, las clavadas de autoridad, en fin, cada vez que Westbrook conduce algo increíble va a pasar. Ya había pasado mucho tiempo sin alguien que levantara tanta expectativa cada vez que pasa el balón.
El divorcio con Durant
Con la salida de Kevin Durant a Golden State, bueno no pocos pero la mayoría sacaron al gran alero de sus corazones. La salida de Durant fue tan rancia como cuando Lebron James se fue a Miami y dejó a Cleveland. Durant recién acaba de regresar de una lesión y lideró junto con Stephen Curry a los Warriors a la siguiente ronda luego de barrer a los Trail Blazers. La traición de Durant fue tal que el resto del equipo azul se puso a las órdenes del base. En los duelos entre ambos equipos, Durant es ignorado por completo por sus anteriores compañeros.
La “media” estadounidense quiso ensalzar el juego de las estrellas con un morbo de calibre viral por la fuerte rivalidad entre ambos. La cosa no pasó a más del “si te vi no me acuerdo”. Westbrook sigue dolido por la traición y Durant, bueno, el sigue con su vida. Toda aquella fuerza que aportaron al OKC durante 8 años es un recuerdo.
Un 2016-17 explosivo
Russell tuvo un año increíble. Terminó con un promedio brutal de 31.6 puntos por partido; en segundo lugar de rebotes con un promedio de 10.7 y 10.4 asistencias.
Su explosividad fue determinante en muchos partidos. La NBA tiene una categoría llamada: Puntos de Fantasía por Juego y Westbrook ganó el primer lugar con 58.6 puntos. Aquí cabe cualquier cosa como asistencias sin mirar, tiros imposibles, triples en el último minuto, jugadas con clavadas brutales, en fin toda una categoría de garabatos y “guasas” que la NBA se traga con aplausos y palomitas.
Qué le queda a Westbrook pues decidir. Aún le queda un año de contrato. OKC parece que no tiene en su radar comprar a alguien del mismo peso que Russell. Los dioses de la NBA aún no le dan la oportunidad para coronarse como el gigante que ya es. Así de caprichosa es la situación contra grandes jugadores que nunca pudieron levantar un trofeo. Dentro de todo algo falta. Su extensión podría llegar a niveles espaciales. Westbrook dice no tiene prisa en decidir. Lo tiene muy emocionado el nacimiento de su primer hijo así que por el momento la estrella se tomará todo con calma y cuando venga el momento será lo que sigue.