Costó pero llegó. ¡La 30 de Municipal está aquí! imagen

Municipal celebró su copa número 30 en la final del Torneo Clausura 2017. El equipo se coronó ante Guastatoya en el Doroteo Guamuch Flores.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Fue un sábado soñado. Comenzó con mucho estrés y ansias pero finalizó como uno de los mejores días de mi vida. Sentir nuevamente las lágrimas por mis mejillas después del pitazo final. Tenía cinco años y medio de no poder correr sobre el césped y gritar con locura “somos campeones”.

Para muchos será motivo de burla, para otros el momento que mayor respeto requiere ante una aficionada que ha sido fiel en los peores momentos. La lluvia no impidió que casi 18 mil personas abarrotaran el estadio nacional. Simplemente fue hermoso.






“La ola” que hacían los espectadores desde los graderíos encendió al equipo. Kamiani Félix y Gastón Puerari se encargaron de mandarnos al cielo y regresarnos a la tierra en el tiempo que se cantaron sus goles. Como se siente de lindo.

Me tembló el cuerpo desde que comenzó a correr el reloj. Guastatoya era un aguerrido finalista y dio la batalla de su vida. Hicieron su mejor esfuerzo y por momentos nos hicieron gritar esperando que sus planes no salieran como se esperaba.

Al minuto 30 todas las personas en el estadio nos volvimos locas. Imposible no celebrar el primer paso hacia el triunfo. Saborear la victoria desde temprano fue una exquisita sensación en cada uno de mis sentidos.

Cuando se liquidó la serie al 64’ comenzó a faltarme el aire. Desde temprano sentí un lleno en el corazón inexplicable y un vacío en el estómago por el que no me quejo. Los nervios me invadieron de una forma absurda. Confío en el equipo pero la sombra de las derrotas pasadas no me dejó en paz.

Cada segundo era eterno. Cuando mostraron el cartel de los tres minutos que se adicionaron comprendí que estaba a segundos de coronarme junto al equipo que considero el más grande de Guatemala.






Para mí no es una simple corona, un título. Para mí es dedicarle la mayor felicidad a mi papá. Aquel viejito pelón que se sentaba todos los fines de semana frente a la televisión para esperar a ver los partidos de los rojos. La alegría nos hacía reír todo el domingo y las caídas nos daban ilusión de un regreso espectacular.

He hablado en otras ocasiones sobre lo que significa Claudio Albizuris para mí y la historia roja. Pues ahora imaginen qué me hizo sentir que un ícono del equipo escarlata se despida del campo con un trofeo. No uno cualquiera, “la 30”. Cosa que no pasó con otros ídolos como Juan Carlos Plata.

El tiempo fue eterno y a su vez muy corta la celebración. Desafortunadamente los aficionados invadieron la cancha y fue muy difícil levantar la copa. Se hizo horas más tarde en el estadio Manuel F. Carrera. Las emociones siguen a flor de piel y espero que comience una nueva etapa para el mimado de la afición.

Ahora solo me queda en el recuerdo y varias fotografías que dejarán marcada una hermosa historia de amor entre un club con 81 años y una seguidora que ha vivido infinitas experiencias y sensaciones gracias a Municipal

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