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Con cautela hacés tu ingreso al comedor chino Wua-Fen y sin levantar sospechas depositás al bebé ligoso en la pecera grande frente a la caja.
Por la noche volvés al Wua-Fen para ver si el bebé ligoso del mar aún permanece en la pecera y está vivo. Pero lo único que hay en la pecera son una pareja de kois y un Dorado.
“Disculpe, don”, te acercás a uno de los meseros, “hoy en la mañana vi que tenían un animal así chiquitío y ligoso aquí en la pecera, ¿no sabe qué se haría?”. “¡Oooh, ese pez! Nuestro chef decidió cocinarlo en sopa mein, ¿gusta que le preparemos un plato?”.
B1A) “Eeeh… no señor. Siempre muchas gracias oye”. [Pulsa Aquí]
B1B) “Sí. Por favor, prepáreme un plato de esa sopa mein”. [Pulsa Aquí]