ARTE imagen

Una reflexión en torno a la idea del arte contemporáneo como expresión humana pero, como producto creativo, sin una definición inequívoca.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

ARTE. Por Guillermo Monsanto







¿Qué es arte contemporáneo? Ha pasado buen tiempo desde que esta pregunta dejó de poseer una verdad inequívoca. De hecho, según muchos curadores, no es necesaria ninguna respuesta porque éste no debe de entenderse ni sentirse. Lenguajes, medios, soportes e ideas, giran en torno a infinidad de posibilidades creando así una expresión actual con distintos niveles de repercusión. Las opiniones respecto a la mercancía artística, físicas o conceptuales, están muy divididas. Hay una escisión entre el poderoso mercado manipulado por los gestores y el campo de los académicos que, en un mundo de neófitos snobs, son desestimados por intereses que van más allá de los preceptos relacionados al universo creativo. Mercado versus conocimiento.




Me viene a la cabeza una plática con el maestro Dagoberto Vásquez, ya lejana en el tiempo, quizás en 1994. En ella compartimos mesa la artista Ana María de Maldonado, Luis Escobar (director de galería de arte) y mi persona. Habíamos presenciado un montaje realizado con blocs de construcción, simétricamente colocados, de manera rectangular, en un área específicamente destinada para esa instalación. Con Escobar habíamos visto en 1991, en Alemania, algo muy parecido y nos tenía verdaderamente desconcertados el hecho de que aquello pudiera ser un plagio. Con el tiempo entendimos que las ideas andan en el aire y que son de quienes se las apropian; si pues. Al menos eso dicen sus promotores.




Vásquez, siempre con su pensamiento fijo en lo formal, nos llevó de la mano por medio de una crítica desapasionada del políptico. Le encontró valores y pudo, a partir de su análisis, sumergirnos en la estética de una pieza cuya misión era no tener una estética. Lo más interesante de la velada fueron las conclusiones. La primera fue que aquello no era arte, aunque necesitara de su abrigo para mantener un patrón de existencia. La segunda, que aquel tipo de manifestación siempre iba a necesitar de un texto introductorio para ser digerido. La tercera, que estábamos apreciando el final momentáneo de la pintura y la escultura.




Yo, por mi parte, me encontré con propuestas similares en San Diego California en 2005 y en la ciudad de México el año pasado. En estas dos últimas la cédula introductoria ocupaba una pared llena de especulaciones del comisario a cargo. La verdad, da pereza leer tanta tontería para explicar los mismos pobres resultados a lo largo del tiempo. Lo mismo me está pasando con las habitaciones llenas de ripio, que abundan con distintos manifiestos, en todas las bienales del mundo ¿retrógrado? Quizás, un poco. Puedo agregar que también estoy tremendamente aburrido de la falta de imaginación de los protagonistas contemporáneos. Sólo me queda agregar en mi descargo que en todo hay excepciones. Que entre los lenguajes actuales hay mentes científicas que crean proyectos, basados en la investigación, con resultados sorprendentes.




Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte