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Sonia tendría 26 años si Roberto y Pedro no la hubieran abusado y asesinado a sus 4 años

“Quiero que sufran como sufrió mi hija”, gritaban los padres. “Queremos justicia ojo por ojo y diente por diente”.

Sonia tenía 4 años de edad, cuando una tarde desapareció del patio de su casa donde jugaba, en la comunidad Atiú, Escuintla, en 1993.

Sus padres desesperados iniciaron la búsqueda por los alrededores, hasta que encontraron a Roberto y Pedro, con la niña tirada a sus pies.

Sonia estaba bañada en sangre. Sin ropa.

Habían partido sus partes íntimas con un machete para poder violarla y la pusieron en un hormiguero para que Sonia se moviera al ser picada por los insectos.

Fue un acto de aberración cometido contra la humanidad de una niña de 4 años y eso conmocionó a toda la sociedad que se volcó para apoyar la pena de muerte contra los dos hombres.

Incluso, el mismo Papa Juan Pablo II intervino para evitar que fueran sentenciados a la pena de muerte, pero el destino de los campesinos ya estaba echado.

Los padres de Sonia, la pequeña niña de Escuintla, estuvieron clamando por 3 años porque ellos pagaran con su vida.

A las 6 de la mañana de 1996, los dos reos eran dirigidos hacia donde los fusilarían.

“Me gustaría verlos muertos, pero yo lo que quisiera es que primero les quiten un dedo y luego un brazo, que tengan una muerte a pausas para que sufran”, dijo la mamá de Sonia.

Roberto y Pedro fueron llevados al polígono donde fueron atados a unos palos en donde escucharon las últimas palabras de un jefe de la guardia penitenciaria que dijo: “Atención, preparen, apunten, fuego”.

Antes, el juez ejecutor, Gustavo Gaitán, les leyó la sentencia. 

Roberto, de 49 años de edad, se desplomó a su izquierda mientras que el otro reo, de 39, todavía quedó de pie.

La hermana de Pedro, Elizabeth, todavía lo vio con vida hasta esa madrugada cuando fue retirada del penal y solo se limitó a señalar que era inocente, situación que alegó el ahora fusilado durante casi todo el proceso judicial.

Fue un evento que incluso la televisión lo transmitió en vivo para que la sociedad viera como dos violadores y asesinos eran pasados por las armas tras cometer el crimen contra Sonia, que hoy sería una mujer de 26 años quizás profesional, quizás madre, eso nadie lo sabe, no la dejaron ser.

Fuente: Diarios de la época

Foto: Google

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