Una tragedia ha causado la muerte de cientos de personas, muchos se quedaron sin familias, casas, comida y ropa.
Esta emergencia ha unido a miles de guatemaltecos, muchos se pusieron en los zapatos de los otros y decidieron ayudar a nuestros hermanos. Una mujer donó todo lo que ganó en un día, para las personas más necesitadas.
También hubo personas que en medio del dolor y la tragedia aprovecharon para sacar lo que ya no usaban.
Tal vez no fue queriendo.
En un albergue, ubicado en la zona 1, María, una de las voluntarias, se encontraba clasificando la ropa, para que fuera más fácil identificarla, pero unas bolsas que le asignaron, no pasaron desapercibidas.
Ella abrió la bolsa y adentro iba ropa, lo primero que puedo sentir fue el olor que emanaba, pues era entre guardado y sucio. Ella de inmediato empezó a sacar las prendas, para que se ventilaran y quitara el hedor.
“Saqué la ropa porque olía muy mal, así evitaría se sintiera más, porque era para las personas necesitadas y no dejaría que se fuera así”. María
Cuando sacaba prenda por prenda pudo darse cuenta que el olor era lo de menos, sacó de inmediato lo primero que encontró, era una camisa para hombre color blanco, que aparentemente por el uso parecía más amarillo que blanco, pero eso no era todo, estaba rota de casi todos lados.
Pantalones, blusas, camisas y hasta ropa para dormir, todo iba en mal estado, aparentemente sucio, también roto, una de las pijamas iba cortada de una de las mangas.
María estaba sorprendida, de cómo las personas podían ir a dejar este tipo de artículos y más sabiendo que eran para las víctimas de una tragedia natural.
Del martes a viernes que estuvo María, se dio cuenta que la mayoría de ropa, que las personas dejaban estaban en buen estado, pero del 100 por ciento, por lo menos el 15 por ciento iba en mal estado y sucia.
Nosotros hacemos la diferencia a la hora de ayudar, ya Guatemala demostró que es diferente y solidaria cuando se necesita ayuda.
Pero debemos reflexionar en qué tipo de ayuda estamos dando, si son las cosas que nos sobran o lo que nosotros en esa necesidad usaríamos.
Las personas que están siendo albergadas son más de 3 mil y ellas están distribuidas en 20 centros, según la CONRED.
No podemos ser indiferentes al dolor y lo que demos. Hagámoslo todo de corazón, pensemos que podríamos ser nosotros los que necesitáramos de esa ayuda y no quisiéramos los desechos de los demás.
