La falta de médicos especializados y el poco abastecimiento de medicinas son una realidad en los hospitales del país, lo cierto es que el 29 por ciento de la población que vive en pobreza no tiene acceso a clínicas privadas para poder atender sus necesidades y las de sus familiares. Este es el caso de Rolando López, a quien llamaremos de esta manera para proteger su identidad. Él es un guatemalteco quien toda su vida ha ejercido la labor de enfermería independiente en Guatemala. Hasta junio de 2017, su familia estaba conformada por 3 hijos, uno de 6 otro de 4 y el de 2, pero venía en camino su cuarta hija, a la que esperó con mucho amor junto a su esposa, pero no sabía lo que vendría después de tenerla por primera vez en sus brazos.
Luego de nacer y al cumplir cuatro meses, comenzó con una fuerte tos. “Recuerdo que tenía muchas flemas, yo intenté darle terapia respiratoria con lo que había aprendido todos estos años en mi trabajo y nada funcionó. Tuvimos que ir al Hospital Nacional de Cuilapa porque hemos vivido siempre en el pueblo Nuevo Viñas, El Pumpo. Yo ya había tenido una experiencia mala en un hospital en la ciudad donde me mataron a mi papá que tenía cáncer después de un accidente en caballo, por falta de atención. Por ello, yo me negaba a dejar a mi hija y que se hicieran cargo de ella en el hospital, pero no teníamos opción porque no tenemos dinero”. Durante los últimos años, en los hospitales nacionales se ha reportado fallecimiento por brotes de bacterias, por infecciones o bien porque el equipo con el que cuentan estos centros se encuentra deficiente o es inexistente. A pesar que tiene un presupuesto anual de más de Q80 millones, el Hospital Nacional de Cuilapa es uno de los más saturados y a la vez de los más afectados por falta de insumos, medicamentos y cantidad de personal.
Cuando ya era momento que atendieran a la hija de Rolando dentro de este hospital, él se percató que no había ningún doctor a cargo, tan solo practicantes. “Ellos atendieron a mi hija, yo tenía mucho miedo y recuerdo haberle dicho a mi esposa que no quería dejarla allí porque, así como me iban a matar a mi papá, me matarían a mi hija. Yo como enfermero estaba seguro de que hacía falta únicamente nebulizarla para que pudiera respirar bien, lastimosamente nosotros no contábamos con el aparato en mi casa por falta de recursos. De lo que sí estaba seguro es que ella estaba muy pequeñita, no podían darle mucho medicamento”. A pesar de ello, Rolando asegura que los practicantes a cargo de su caso dentro de este hospital, le colocaron una sobredosis de medicinas. “En 8 días se me murió mi niña, se le detuvo 2 veces el corazón y no teníamos nada que hacer, no hubo ninguna acción que pudiéramos tomar para salvarla. El 17 de junio cumpliría 1 año de nacida”.
En octubre de 2017 comenzó el duelo de la familia López, “nos tocó velarla y enterrarla, ha sido uno de nuestros retos más fuertes como familia, pero lo que más me dolió fue leer el acta de defunción de mi niña”. Resulta ser que en este certificado/informe de defunción emitido por el Renap y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) y registrado en el Instituto Nacional de Estadística, se establece entre todas las causas de defunción, una intoxicación por alcohol. “¿Me pueden explicar, cómo intoxicación por alcohol? Sí, seguro fue porque mi niña de 4 meses tomaba mucho o mi esposa se ponía borracha y se intoxicó en la lactancia, hasta risa me da ahora, pero risa de cólera”.
Para Rolando, este último año se ha convertido en una etapa de negación y frustración. “Ni siquiera supe qué hacer en ese momento y tampoco sé qué hacer ahora, no tenemos dinero y tampoco las ganas de colocar una denuncia para demostrar todo lo que pasa en los hospitales públicos. Estamos seguros que así como a nosotros, les pasa a muchos y hoy más que nunca estamos seguros que ninguna lucha nos va a devolver a nuestra niña”. Hoy, la familia López lucha y busca salir adelante en honor a su hija. “Yo me quiero especializar, quiero estudiar medicina y así poder salvar muchas vidas y no permitir que a otros les pase lo que me pasó a mí”.