Los sobornos a la PNC y las fiestas ilegales en Guatemala imagen

“Se ha convertido en un acoso y aunque ya estemos cerrando y sacando a los clientes, tratan de intimidarnos para obligarnos a pagar la extorsión”

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“Siendo el día 16 de enero, les muestro acá el bar, esta hasta el culo, pero están apagando las luces pues, se supone que la policía está afuera. Quizá hay unas 200 personas…. Creo que el DJ ya va a empezar por que ya se fue la policía… y ya ponen las luces”.

Así documentó un asistente su visita a la @avemariadiscobarlatino  · Bar, en la zona 10 de la ciudad de Guatemala, durante la segunda ola de coronavirus. De acuerdo con el gobierno del 1 de enero a la fecha se reportan casi 10 mil casos activos y 5 mil 254 muertos. A la denuncia contra Avemaría, se suman también videos de una noche de fiesta en KALI Exclusive Bar (Dance & Night Club), donde los asistentes gritan “Kali está caliente”, mientras brindan y bailan pasadas las 11 de la noche.

La alusión al calor, dentro de la discoteca, no se da solo por el ambiente. Afuera, según las imágenes captadas, se puede ver como varias personas hacen cola para ingresar, luego de que la ley seca entre en vigor. Todo sucede mientras la PNC, realiza patrullajes para verificar el cumplimiento de las disposiciones gubernamentales.

De acuerdo con propietarios de negocios, en la zona viva, quienes cumplen con las disposiciones son acosados por agentes que les exigen el pago de sobornos a cambio de no molestarles y permitirles seguir operando pasadas las 9 de la noche. “Nos quieren cobrar entre Q3 mil y Q4 mil semanales, para que podamos seguir vendiendo licor después de la hora de cierre”, asegura Gustavo quien tiene un pequeño bar en el área.

De oponerse al pago, y a pesar de cumplir con las disposiciones oficiales, las visitas de la PNC son frecuentes y comienzan a las 8:30 de la noche. Durante estas “redadas”, los agentes comienzan a verificar el aforo y buscan cualquier excusa para multar a los negocios. “Se ha convertido en un acoso y aunque ya estemos cerrando y sacando a los clientes, tratan de intimidarnos para obligarnos a pagar la extorsión”, asegura Gustavo.

Empresarios que, sí cumplen con las disposiciones gubernamentales, tales como aforo, medidas sanitarias y que cierran sus locales a la hora ordenada, aseguran que lo que sucede en negocios como Kali y Ave María, resulta nefasto para la economía nacional. “Se van a perder más empleos y muchas familias van a quedarse sin sustento”, asegura Gustavo.  A esto se le suma la corrupción y falta de supervisión, por parte de las autoridades, en los lugares que incumplen las medidas sanitarias.

En algunos videos, se puede ver a los meseros que ofrecen a sus clientes pequeños recipientes con lo que podrían ser drogas.

Y son precisamente la corrupción, negligencia y falta de supervisión las que han llevado a que el gobierno implemente nuevas medidas de encierro. “Por culpa de estos negocios, que no han respetado ni cumplido con las medidas nos van a cerrar a todos”, alega Mario E., dueño de dos restaurantes en la zona viva y dos bares en la zona 9.

Mario, quien antes de la pandemia tenia una planilla de 100 empleados, volvió abrir en septiembre con unos 60. “Son personas que tienen familias y viven de esto, pero ahora con las nuevas medidas, nuevamente habrá que tomar decisiones sobre el funcionamiento de los negocios”, asegura el empresario.

Nuevamente el sustento de miles de familias que viven del negocio de restaurantes y bares se verá afectado, mientras el gobierno trata de detener esta segunda ola de contagio y muerte. Una mezcla de desobediencia, cinismo y falta de conciencia, de a poco nos acercan a un encierro como el año pasado.

Época que nos recuerda la fiesta que la mueblería O3, realizó en pleno pico de la pandemia. Y cuya sanción, poco ejemplar, pareciera no haber disuadido a nadie de seguir con las fiestas ilegales.

Hoy, aunque se hayan implementado nuevas medidas para tratar de controlar la propagación del virus en el país, una cosa queda clara. Mientras las prácticas irresponsables de empresarios que juegan con la salud de la población, y la corrupción de cuerpos como la PNC no sean castigadas, la historia de las fiestas clandestinas no se detendrá en Guatemala.

Para conocer la versión del Ministerio de Gobernación sobre el actuar de los policías, Relato se comunicó con Jorge Aguilar, vocero de la PNC. De acuerdo con Aguilar estos negocios no deben estar abiertos a altas horas de la noche y para los que son victimas de cobros de sobornos, “los exhortamos a denunciar a la Inspectoría General de la PNC al teléfono 30327356”. Según Aguilar, se abrirá una investigación sobre estas denuncias, pues con esta publicación se cuenta con información para poder realizarla.

“Es importante que los afectados denuncien la mala conducta de agentes, así se pueden tomar medidas y realizar investigaciones en estos casos”, Jorge Aguilar, vocero de la PNC.

Además, quisimos conocer la versión de Ave María y Kali sobre los señalamientos en contra de los dos negocios. Para ello les escribimos a sus paginas de FaceBook, ninguno de los dos negocios respondió a nuestra solicitud.

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