Felipe Aguilar, el ministro de las 7 caídas imagen

Giammattei será víctima de un peón y sus ocurrencias, y a nosotros nos tocará seguir contando las caídas de este ministro, que con creces se supera en cada oportunidad que tiene.

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El Ministro de Cultura, Felipe Amado Aguilar Marroquín, parece no dar una. Intento tras intento, sus proyectos se desvanecen como la alianza parlamentaria, que anoche le dio la espalda al presidente Giammattei. Ya sea por dejar un legado tras su próxima salida del ministerio o por su ego, Aguilar no le suma a la actual administración. Lejos de eso, sus intentos han llevado al presidente a tener algunos de los momentos más incomodos que un mandatario pueda enfrentar. Este es un recuento de los desaciertos de Aguilar Marroquín, de delegado de prioridades presidenciales del centro de gobierno a la piedra en el zapado de Alejandro Giammattei.

Todo por US$120 millones

Desde diciembre pasado, Felipe Aguilar ha acumulado un record de fracasos administrativos que solo pueden ser comparados con la compra de vacunas al fondo ruso de inversión. En es mes, se dio a conocer que Aguilar pretendía revocar el permiso de trabajo de Richard Hansen, arqueólogo y mecenas del sitio arqueológico de El Mirador.

Luego de que se anunciara una donación de US$120 millones, por parte del Congreso de los Estados Unidos y el BCIE, el MICUDE intentó tomar las riendas del sitio arqueológico. Pero algunos diputados del Congreso dieron la voz de alerta y aseguraron que: “El ministro de Cultura, Felipe Aguilar, nos dijo que la propia embajada de los Estados Unidos se oponía a que Hansen siguiera trabajando en el país”, aseguraron. Aguilar negó los señalamientos, pero días después el permiso de Hansen fue renovado.

Q303 mil para un show en plena pandemia

En marzo del presente año, el Ministerio de Cultura pretendía realizar un oneroso gasto para las celebraciones del Bicentenario de Independencia. Para ello dispuso de Q303 mil, que se invertirían en un show como pocas veces se ha visto. Aguilar tenía pensado invertir Q51 mil en el montaje de tarimas, toldos y luces estroboscópicas, además de Q40 mil para la elaboración de un guion interactivo cultural. Pero el derroche no se quedaba allí, Aguilar quería gastar Q74 mil en camisetas alegóricas a la celebración y Q11 mil para alcohol en gel, con el fin desinfectar a los asistentes. El Ministerio, esperaba una gran afluencia el evento, pues dentro del presupuesto de habría contemplado el pago de Q38 mil para el alquiler de baños portátiles.

Así arrastró un arrebato del ministro, a un artista

El primer gran golpe mediático para Aguilar se dio un mes después de su fallido intento de show del bicentenario. El pintor Christian Escobar Martínez (ChirsPappita), fue victima de uno de los arrebatos de Aguilar. Una vez más y con la idea de conmemorar los 200 años de independencia, el aspirante de “art connoisseur”, contrató los servicios de Escobar Martínez para realizar una obra de arte por la que se le pagaría Q1.3 millones en plena crisis de salud y de recursos. Pero las criticas, tanto a la contratación de Aguilar, como al artista no se hicieron esperar.

Chris Pappita fue vilipendiado por otros artistas, quienes aseguraron que aún no tenia el nivel para cobrar esos precios por una obra. Además, los maestros aseguraron que durante la pandemia muchos artistas pasaban penas y hasta hambre, mientras que un “Nouvelle Artiste”, se llenaba los bolsillos sin tener la experiencia para una obra de tal magnitud. Así, la obra conmemorativa, se sumó a lista de desaciertos de Aguilar Marroquín.

Los Chivos le dijeron “NO” al ministro

El mismo mes en que ChrisPappita y su obra fueran suspendidos de la celebración del bicentenario, marzo, los vecinos de Quetzaltenango le pusieron un alto al ministro Aguilar. Como parte de su proyecto de celebraciones, el Ministerio pretendía construir parques para celebrar los 200 años de independencia. En el caso de la ciudad de “Los Altos”, se invertirían Q25 millones en la edificación, para crear un punto de encuentro y de promoción de la recreación, cultura, deporte y convivencia armónica.

Pero la elección del lugar, el zoológico de Minverva (zona 3 de dicha ciudad) no fue la mejor opción. Los vecinos de Quetzaltenango se organizaron y comenzaron a recolectar firmas para detener la obra de Aguilar y con el hashtag #NoAlParqueBicentenario hicieron su férrea oposición a la tala de árboles para un parque. Una vez más, otro proyecto de Aguilar se truncaba por la mala planificación y premura con que se realizaba. Días después, el gobierno anunció que retiraba el proyecto y buscaría otro lugar a donde llevarlo.

“Debemos integrar la diversidad cultural para fortalecer al Estado bajo el acompañamiento de las autoridades locales para fortalecer la promoción de los valores a nivel nacional fomentando proyectos que conmemoren los 200 años de independencia de Guatemala”, Felipe Amado Aguilar Marroquín

Un apartamento de Q2 millones

Una publicación dio a conocer en abril, que el ministro Aguilar gustaba de las buenas cosas. Según el medio, el actual titular de cultura habría adquirido un apartamento por US$261 mil 553 con 69 centavos en el condominio vertical Quo, de la zona 4 capitalina. Noticia que se dio a conocer tan solo a 7 meses de haber asumido como ministro de cultura.

De acuerdo con la publicación, la compra se habría realizado antes de asumir como ministro, cuando Aguilar pago US$55 mil 953 con 69 centavos como enganche. Luego habría recurrido a un banco para gestionar un préstamo de US$205 mil para cubrir el resto de la deuda.

La silla que incomodó al “Señor Presidente”

Hábil como publicista y comunicador, aseguran sus colaboradores, Aguilar buscó la manera de congraciar a Giammattei con los 48 cantones de Totonicapán. Atendiendo a una solicitud de las autoridades ancestrales de dicha organización, la cual pedía les fuera devuelta la silla de Atanasio Tzul a la comunidad. Y fue así como el 12 de julio, en un acto oficial, Giammattei, Aguilar y Martín Toc, junto a otras autoridades hicieron la entrega de la pieza.

Lo que debió ser un momento de gloria y agradecimiento pleno para el presidente y su fiel ministro, se convirtió en un bochornoso incidente. Giammattei no podía creer lo que escuchaba de la boca del hombre al que le devolvía su valorada silla. “No se vayan a enojar cuando manifestemos, porque hay una creencia en este país de que el Estado y el Gobierno aún puede resolver el problema, pero recuerden mis palabras: el día que no haya manifestaciones, ese día el Gobierno habrá dejado de ser funcional para la gente”, dijo Toc. Incomodos y sorprendidos, Giammattei y Aguilar trataron de disimular, pero el daño estaba hecho, el presidente había sido humillado en su propia casa y el responsable no era nadie más que el flamante ministro.

Con el Centro Histórico no se juega

El más reciente incidente, donde la falta de cálculo y escaza astucia de Aguilarse hicieron visibles, fue en la aprobación que el MICUDE le diera a la mega obra del Parque Central. Allí, el ministerio de cultura y la municipalidad capitalina pretendían replicar un “remedo”, del Real Palacio en la Nueva Guatemala de la Asunción, mismo que fuera destruido por los terremotos de 1917 y 1918.

Encerrada por una laminas, la obra comenzó y mientras avanzaba su monstruosidad se hacia evidente. Razón por la cual el arquitecto y presidente del Colegio de Arquitectos de Guatemala, José María Magaña denunció la obra. Magaña, especialista en conservación, asegura que la construcción atenta contra la conservación del Centro Histórico y que está protegido por la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación.

“La pobreza e inconsistencia de la obra resalta por los elementos constructivos que carecen de valor conmemorativo, denotan ignorancia de qué es un arco y cómo está conformado. Se introduce una clave de tres dovelas que sobresalen en la parte superior como un elemento innovador, ajeno a cualquier tipología arquitectónica existente”, José María Magaña.

Así las cosas, y de no amarrarle de pies y boca, Aguilar Marroquín y sus proyectos seguirán dando de que hablar. Giammattei será víctima de un peón y sus ocurrencias, y a nosotros nos tocará seguir contando las caídas de este ministro, que con creces se supera en cada oportunidad que tiene. “No me ayudes compadre”, dice el viejo dicho.

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