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Desde agosto el Ministerio de Salud y la Comisión Presidencial para la Atención de la Emergencia del Covid-19 (Coprecovid) lo esperaban. Pero fue la celebración del día de Todos Los Santos y las reuniones familiares, la que desató el repunte de casos. Para entonces las autoridades esperaban un repunte diario y hablaron de realizar hasta 5 pruebas diarias. Hoy las historias de familias que se juntaron a comer fiambre, sin el distanciamiento social y los cuidados necesarios, nos recuerdan que el COVID 19 todavía está allí.

Luis Pedro Fernández y sus tres hijos, Mariela, Agustín y Luis acudieron a casa de su madre para compartir el almuerzo anual. Los tres hermanos de Luis Pedro y sus familias también se dieron cita en la casa de matriarca. La receta de la bisabuela fue reemplazada por la compra en un restaurante, pero la intención era estar juntos. Hoy esa reunión dejó a Doña Lucrecia, de 76 años, conectada a un respirador en un hospital de la zona 10.

Mariela, quien salió positiva, corrió con más suerte que su abuela pues es asintomática. Sus hermanos y padres dieron negativo al examen, no así dos de sus tías y cuatro primos. “Nunca nos imaginamos que una simple reunión familiar pudiera llevar a mi mamá al hospital y ponerla en riesgo”, asegura Luis Pedro.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, el 2 de noviembre se reportaron 89 casos nuevos de infecciones y 8 muertes. Con esto se elevó la cifra total a 108 mil 193 casos en el país y 3 mil 734 fallecidos. Pasados 15 días de la reunión de los Fernández, con 1 mil 96 pruebas realizadas al 16 de noviembre las cifras que arrojó el MSPAS daban cuenta que había 147 nuevos casos y unos 6 mil 308 casos activos en todo el país.

Veinticuatro horas después, la cifra de contagiados había vuelto a subir. Dos semanas después de la celebración del fiambre (18 de noviembre) se reportaron 698 casos nuevos. Más alarmante fue la cifra de fallecidos, que a esa fecha habría llegado a 61, con lo que se igualó la cantidad de muertos en el pico de la pandemia registrada en julio.

Llegado el 22 de noviembre las cifras oficiales comenzaron a mostrar un descenso. Con un total de 212 casos positivos de 1 mil 338 pruebas realizadas y se registro el deceso de 2 personas. Y aunque los casos disminuyeron podremos ver un repunte, asegura la Dra. Iris Cazalli.

“Lo que estamos viendo ahora es el repunte de reuniones sociales, luego de que se liberaran las mediadas de confinamiento y con el fiambre quedó claro que así es”, Iris Cazalli.

Según Cazalli el gran pico de infecciones se dio en julio. Pero ahora la mayoría de casos que vemos, sostiene Cazalli, son de círculos familiares. “Tenemos casos de familias que llegan a los hospitales y que se contagiaron en este tipo de reuniones”, sostiene. Lo que si tiene claro Cazalli es que el virus no respeta a familiares ni amigos. Es momento de cuidarnos más y evitar reuniones como lo hicimos al principio de año, sostiene la doctora.

“Los datos son claros, hay una relación directa entre reuniones sociales e incremento de contagios del virus”, Iris Cazalli. Mientras tanto, los Fernández solo pueden lamentarse por lo que una reunión familiar le hizo a la abuela. Comer el fiambre en familia dejo a siete miembros de la familia contagiados y una de ellos en el hospital. “Habernos reunido fue la peor idea”, asiente Luis Pedro.

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