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Es el hijo mayor del expresidente y exalcalde Álvaro Arzú. Su vida se ha mantenido envuelta entre el mito y los excesos, pero hoy asegura que finalmente tiene paz y esta no es negociable. De junior a Roberto, el viaje del que fuera el primer hijo de la nación.

Lleva la política en la sangre y uno de los apellidos más conocidos de Guatemala. Desde muy joven y, sin haberse graduado de la universidad, se convirtió en un empresario.

Primero volvió el jardín de su casa en un centro de deportes para sus amigos, a quienes les cobraba Q5 por jugar fútbol. De allí la idea de abrir la cadena de centros deportivos Futeca.

El dinero y el prestigio le llegaron a muy temprana edad. “Tenía 17 años cuando comencé en los negocios”. Luego, la llegada de su padre a la presidencia lo elevó a un estatus icónico.

“Vivía para hacer dinero y, luego de casarme, me sentía en la cima del mundo”. Roberto Arzú

El mote de junior le llegó por herencia y combinado con el éxito empresarial, “me nublé, tenía un ego tan grande que se volvió prepotencia”. Roberto asegura que durante esta etapa de su vida las apariencias lo eran todo, “quería mostrarle al mundo lo que tenía, malgastaba y llenaba mi ego con la admiración de la gente”.

“Era una bomba de tiempo, tuve todo lo que uno puede querer, pero entre tantos errores el tema tronó, toqué fondo”. Roberto Arzú

De Junior a Roberto

Pero la vida no perdona y pronto le darían una lección. Una que pocos tienen, pasó de tenerlo todo a perderlo todo y nuevamente a levantarse.

Fue una crisis con la bebida la que le acercó al abismo, también fue la alerta que le llevó a despojarse de, sus entonces, logros materiales. “Tuve que empezar de cero, desde lo emocional, espiritual hasta lo material”.




Hoy, luego de tres años de haber dejado “la fiesta” y tras haber estado cercano a la muerte, solo tiene una idea: vivir. El junior ha quedado atrás, es un recuerdo de lo que fue, pero no volverá a ser, asegura. Hoy, Roberto tiene una línea trazada, sus viejos amigos ya no son más y sus metas son claras.

“Ya no vivo con ansiedad, tengo paz y no es negociable y mis metas están trazadas”. Roberto Arzú.

Roberto asegura que se encuentra en un proceso de reivindicación personal, busca reinventarse y se reconoce como un alcohólico en recuperación.




“Todos vamos a tropezar, pero luego hay que vivir una conciencia personal”. Roberto Arzú

Y es en esta reinvención que Roberto ha cobrado notoriedad. Su página de Facebook, en la que coloca historias familiares y críticas públicas, ha experimentado un crecimiento importante y el hashtag #HagamosGrandeGuate, lo han colocado en el top de menciones de las redes sociales.




“Me ha llamado mucho la atención Trump, pero me pareció que ha generado un movimiento de orgullo entre los americanos, me hizo clic el eslogan y, entonces pensé, nosotros también”. Roberto Arzú

Puede ser obra de sus más de 12 mil seguidores o el poder de un apellido. Lo cierto es que Roberto no se ha quedado en los negocios.

Reconoce que se ha mantenido activo en el tema político y le da vueltas a la idea en su cabeza. “Participar de la política no es solo ser candidato, es tener un liderazgo y hacer que otros se involucren en lo que puedan”.

De momento, no tiene claro si va a optar a un cargo de elección popular, pero en tercera persona, asegura que “vamos a participar”. Y no es para menos, la palabra que le sigue a su nombre es capital político. Un apellido que es amado por unos y reprochado por otros. Roberto se identifica mucho con Zury Ríos, pues al igual que la de ella, “la familia Arzú se ve como una familia de servicio, de dar algo más”.

Nosotros como familia no estamos obligados a mantener su legado (de Álvaro Arzú), debemos seguir su ejemplo, seguir el trabajo que él empezó”. Roberto Arzú

En política, pero no con ellos

Hoy de los que considera sus verdaderos amigos, “no esos que adulaban y lo celebraban”, destaca uno en particular. “El Señor de la televisión abierta”, Ángel González.

Su amistad inició con el deporte, “con la transmisión de los juegos de fútbol nacional”. “Trabajamos para darle una exposición al deporte y lo considero alguien muy especial, quien me ha dado buenos consejos”.

Roberto asegura que, de participar en política partidista, una cosa es segura. “Participaría con cualquiera, pero con dos personas con las que nunca lo haría serían Thelma Aldana y Edgar Gutiérrez”.

“Ellos son mentirosos, chantajistas y no podría sentarme a participar con ellos, son malos de corazón”. Roberto Arzú

Mientras se decide sobre con quién participar en lo que él llama la “ultima oportunidad que tiene Guatemala para no convertirse en Venezuela o Nicaragua”, una cosa tiene muy clara. “Guatemala nos necesita a todos”.

El junior quedó atrás, con sus faltas, sus errores y su arrogancia. Habrá que ver hacia dónde avanza Roberto, el primogénito del hombre que no se le “achicopaló” a la Fiscal General y al Comisionado de la CICIG. 




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