Traficantes de africanos imagen

Las razones por las que huyen de sus países de origen, parece no importar a nadie en Guatemala. Para los traficantes de personas se convirtió en un negocio redondo

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La temperatura en Esquipulas, Chiquimula, comenzaba a subir; los cambistas, los ayudantes de buses, los comerciantes y los agentes de la Policía Nacional Civil (PCN) se preparan ante la llegada de un grupo de personas de raza negra. Dentro del alboroto, una voz menciona “ahí vienen los dólares”, mientras otro la interrumpe “pobrecitos, todos los días pasan por aquí”, al mismo tiempo, un grupo de extranjeros baja del microbús que los trasladó de la frontera Agua Blanca -Guatemala- a Esquipulas, -a menos de diez kilómetros-.

Su comunicación en francés, inglés o portugués, dependiendo del país de origen, es fluida, pero poco saben o conocen del idioma local. Su poco manejo del español es la principal limitación para comunicarse con quienes buscan sus dólares.

Las razones por las que huyen de sus países de origen parece no importar a nadie en esta cálida localidad del oriente de Guatemala. Para los traficantes de personas y los comerciantes, se convirtieron en un negocio redondo.

En junio de este año las fuerzas de seguridad de varios países ejecutaron la operación Mesoamérica con el objetivo de desarticular una banda transnacional dedicada al tráfico ilegal de personas que opera desde Brasil, Centroamérica, México y Estados Unidos (E.E.U.U.), los resultados a la vista del incremento de migrantes parecen haber sido poco eficaces.



Fotografía: PNC

Un continente conflictivo

“No tengo dinero” dice en su complicado español Abubakar Tawfik, luego de escribirme su nombre en una hoja de la libreta, se hace acompañar por tres personas más –una mujer entre ellos –.

Nuestra complicada conversación es interrumpida por uno de sus acompañantes, quien por los gestos y el tono de voz parecía reclamarle; proseguimos y le pregunté “¿De dónde vienen?” tras unos segundos de silencio alcanzó a responder “Ghana”, un país que hasta hace unas décadas fue una colonia británica y que, como la mayoría, tras independizarse del Reino Unido, se sumió en un conflicto armado que suma miles de desplazados.

De acuerdo a los registros del departamento de la Dirección de Migración, PNC y de la División de Puertos, Aeropuertos y Puestos Fronterizos (Dipafront), hasta el 24 de septiembre se registraban un mil 350 migrantes africanos detenidos -los datos varían diariamente-.

Los africanos provienen de Ghana, Nigeria, Malí, Camerún, y una cifra más alta de la República Democrática del Congo, una colonia belga hasta principios de 1960, sumida en la inestabilidad política y social desde sus orígenes.

En el país decenas de masacres han sido cometidas durante décadas por el “Ejército del Señor”, integrado por miembros de la etnia tutsi. Según datos del World Fact Book de la CIA, desde mediados de los 90 hasta la fecha, ha habido más de 1 millón 722 mil enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.

El fenómeno de migración al país se da debido al endurecimiento de la política migratoria de la Unión Europea, especialmente por la crisis de refugiados sirios. En tanto que Brasil y Ecuador tienen una política de fronteras abiertas donde no necesitan visa para ingresar, por ello la ruta más común es Suramérica, Centroamérica y posteriormente E.E.U.U.



Fotografía: PNC

Una inversión costosa para llegar a un destino desconocido

La ruta puede extenderse hasta más de un año y depende cuánto dinero dispongan para llegar a E.E.U.U.; datos de la PNC y PDH detallan que cada migrante que proviene del continente africano paga alrededor de US$25 mil.

Además, han identificado dos vías de llegada al país: África-Brasil-Costa Rica (vía aérea), luego hacía Honduras y Guatemala por tierra; el otro recorrido es África-Ecuador-Panamá y por tierra hasta Honduras y Guatemala.

Por lo regular el flujo migratorio más evidente es entre lunes a jueves, coinciden las autoridades y vecinos de Esquipulas, cuando logran que Honduras les otorgue documentos para movilizarse libremente.

“En horas de la madrugada se ve pasar a africanos, haitianos, pakistaníes, hindúes y cubanos por los cerros de Quezaltepeque , Chiquimula, o en microbuses desde Ocotepeque, Honduras hasta Agua Blanca –lado de Honduras- de allí, abordan taxis que los trasladan a Agua Blanca –lado de Guatemala- a la cabecera municipal de Esquipulas.

En los dos viajes pagan aproximadamente US$30, cuenta Arnoldo, mientras bebe una cerveza Imperial sentado en su microbús de 12 pasajeros con placas hondureñas.

Un poco más cerca

En la zona 1 de la ciudad de Guatemala, un grupo de nueve africanos tratan de pasar desapercibidos -cuatro hombres, dos mujeres y tres niños- entre otras personas de origen centroamericano que también buscan el sueño americano, relatan con señas el recorrido que iniciaron desde el Congo.

La noche del 15 septiembre en la que quedaba solo el eco de las festividades intentarán llegar hasta la frontera con México en la Mesilla Huehuetenango.

Ante la pregunta de la recepcionista ¿a dónde van?, uno de ellos responde con voz alta “frontera, frontera”. Ese día los nueve congoleños recorrerán más de 333 kilómetros, tras haber pagado cerca de alrededor de US$300. Corren el riesgo de ser capturados en el camino y en el caso del piloto y ayudante del bus, ser aprehendidos por el delito de tráfico ilegal de personas.

“Nosotros tenemos prohibido transportarlos. Pero no les podemos negar la venta del boleto, al final prestamos un servicio”, señala la recepcionista de los transportes Línea Dorada.

La entrevistada dijo que han identificado que los africanos no andan con “coyotes” y solo utilizan como guía un mapa que traen, la conversación se interrumpe mientras desde el mostrador ve pasar a varios PNC, -continua- “pareciera que saben los puntos a donde dirigirse para continuar su camino hacia México”, alguien parece haberlos instruido antes.



Fotografía: PNC

La extorsión para poder seguir el camino

Uno de los representantes de los transportes Rutas Orientales en Esquipulas, señala que han adoptado medidas como ya no transportarlos. Señala -con voz baja- que la PNC los multa con Q5 mil si descubren que llevan dentro de sus pasajeros a ciudadanos africanos, a ello se le suma la posibilidad de que capturen a los pilotos por tener indicios de ser coyotes.

“Al principio los llevábamos y eran entre 25 a 30 diarios por que la ley no dice que al pasajero hay que pedirle algún documento de identificación”, señala molesto. El disgusto en contra de las fuerzas de seguridad aumenta al manifestar que los agentes andan por los alrededores de las terminales de buses y esperan que los africanos aborden algún autobús para pedir “mordida” al piloto y a los migrantes.

La última frontera



Fotografía: PNC

Después de haber cruzado al menos cinco fronteras, Guatemala y México se convertirán en la travesía final. “Solo queremos ir a Estados Unidos” dice Tawfik, mientras que su compañero le da instrucciones en el mapa sobre la ruta que deben de seguir para continuar la travesía.

Jessica Ramírez defensora de migrantes de la oficina del Procurador de Derechos Humanos (PDH), señala que los migrantes que ingresan a Honduras por un “salvo conducto” que les permite moverse libremente por ese país hasta cruzar de forma ilegal la frontera con Guatemala.

“Ahora el flujo ha crecido”, señala Ramírez y estiman que cada día transitan alrededor de 125 africanos por el país.

“Sabemos que son vulnerables principalmente los que vienen del Congo” reitera Ramírez al manifestar que son víctimas de traficantes, comerciantes y autoridades.

Ramírez indica que la casa del migrante en la ciudad de Guatemala ha superado la cantidad de albergue, por lo que se adoptó por parte de Migración otorgarles una resolución para regular su situación jurídica-legal en diez días. La procuradora admite que el pase les sirve no para regresar a su país, sino para continuar su viaje hacia Estados Unidos.

El negocio africano



Fotografía: PNC

Como mercancía, los africanos se han convertido en un negocio para los grupos del crimen organizado. La PNC ha identificado que, de las tres fronteras entre Honduras y Guatemala, la más utilizada por los migrantes es la del Florido, ubicada en Camotán, Chiquimula, la misma que es usada para el trasiego de café, ganado y gallinas; la misma también identificada como la principal zona de tráfico de cocaína y armas, un exagente de la PNC señala que por ello la Comisaría 33 que resguarda esa zona, es una de las más deseadas.

Dentro de todo el aspaviento, las autoridades no han logrado identificar a los verdaderos traficantes de migrantes, continúan a la sombra dando instrucciones a través de los mapas.

Tawfik aborda el bus, se niega a mencionar cómo llegó al país o quién le facilito los mapas y le indicó las rutas a seguir, el traficante de africanos continua en el anonimato.

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