Salí una noche sin pensar que me iban a drogar y robar imagen

Para nadie es un secreto que a veces uno se pasa de copas, pero lo que sucedió fue aterrador.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Les voy a contar la historia de un hombre que su fin de semana no terminó como él esperaba, si no que fue drogado y asaltado.

Era viernes como las 7:00 p.m. cuando decidí salir a dar una vuelta al parque, cerca del lugar donde vivo, mi nombre lo voy a obviar por motivos de seguridad, de aquí en adelante me llamaré Johan. Como estaba diciendo salí a dar una vuelta, a eso de las 8:00 p.m. llamé a un amigo para jugar en el billar, no muy lejos de mi casa, él todavía se encontraba en la zona 10, me dijo mejor venite y aquí buscamos un lugar.

Decidí ir a la zona 10, eran aproximadamente las 9:30 p.m. llegamos a un lugar para beber, después de haber consumido dos litros de cerveza, entre plática y risas decidimos comprar otro que sería el tercer litro.




Llevábamos un rato allí, cuando ya cerrarían el lugar, mi amigo decidió pagar el valor del envase y lo sacamos, nos sentamos en la acera del parqueo del sitio, para terminarnos el tercer litro y poder irnos a nuestras casas.

Estábamos platicando cuando se nos acercaron unos señores, nos saludaron muy amablemente, dijeron que querían comprar licor, pero ya estaba cerrado, por lo que comenzamos a conversar, ellos sacaron uno cigarros, los cuales nos ofrecieron pero los rechazamos.

Luego, no me di cuenta pero cuando sentí ya estaba en el carro de ellos, mi amigo en la parte de atrás y yo en la parte de adelante del copiloto. Voltee a ver para el asiento de atrás y como cosa rara mi amigo ya estaba doblado, y no lograba entender por qué si hace unos minutos no estábamos mareados.

Sentía todo raro, yo estaba como sonámbulo y mi amigo ya no daba una, recuerdo que dimos unas vueltas y después apareció una cerveza en mi mano y uno de los hombres dijo que la bebiera. Sin que ellos se dieran cuenta, quise tirarla, pero uno sí lo notó y me dijo vos tomala porque son caras.




De tanto insistir me eché un trago y de inmediato vomité, no recuerdo nada más.

Desperté en el Trébol, en la zona 11, sin zapatos, nada solo con las llaves de mi moto, que había dejado en el parqueo del lugar donde estábamos, yo estaba sucio como revolcado en la tierra, me había hecho mis necesidades en el pantalón.

Pero siempre hay un ángel y una persona se acercó y pregunto qué me había pasado, no pude responder nada, me regaló unos zapatos y Q2.

Intenté subir a varios buses y no me dejaban por el olor fétido que emanaba, un olor a muerto, como pude me subí a un bus, no recuerdo cómo reaccioné. Lo que sí es que ya estaba en el Obelisco, vi que allí todavía estaba mi moto y ya era de día.

Dije me voy en la moto y recuerdo estar subido, la arranqué y no recuerdo hasta que desperté en el IGSS de accidentes, sin saber por qué.

Terminé con un accidente de motocicleta en la avenida Las Américas, no sé cómo le di el número de teléfono de mi papá, a unas buenas personas que lo llamaron y así empezó un calvario para mi familia que duró todo un domingo.

Al final, terminé con fuertes heridas y un malestar que no logró quitármelo después de casi 10 días, a mi amigo lo pude ver hasta el domingo por la noche. Al verme lloró y me abrazó, él dice que no se recuerda de nada y que apareció tirado en las cercanías de Tikal Futura, con fuertes dolores en las costillas y en la cabeza como que le hubieran dado una buena paliza.

Sin duda, tuvimos una fuerte experiencia, mi amigo dice que fue al lugar donde estábamos bebiendo a preguntar si alguien había visto algo, y que el agente de seguridad del parqueo le dijo que no, pero que sabía de varios casos a quienes les pasó lo mismo. Son unas personas que manejan un carro blanco y un individuo tiene una cicatriz grande en la cara, ellos viene una vez al mes para hacer de las suyas.

Hablando entre amigos, no soy el primero que pasa por esta terrible experiencia, parece que es común los fines de semana, incluso un amigo nos dijo que los cigarros que nos ofrecieron tenían algo que nos durmieron y eso que ni los fumamos.

Espero esto sirva para alertar a otros jóvenes que al parecer son el blanco de estos criminales.

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