No me llames mexicano, soy guatemalteco imagen

No me llames mexicano, somos tan diferentes como el chino lo es del japonés, como el maya del azteca.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Por: Juan Manuel Castillo Zamora

¿De qué parte de México eres? La misma pregunta recurrente taladra mis oídos cada vez que viajo. Una y otra vez la aburrida e innecesaria aclaración. Soy guatemalteco, vivo en el país de los celajes azules, de las aguas cristalinas, de la vegetación exuberante, de las procesiones maratónicas, de la cuna de la civilización maya, de la colonial Antigua Guatemala y del cada vez menos paradisíaco lago de Atitlán.




Soy guatemalteco, por favor no me llames mexicano. No es que me ofenda, soy afecto a México, a la hospitalidad y a la calidez de su gente, pero nací en este país y solo quisiera que se me reconociera como ciudadano de esta tierra.

Y es que cada vez que viajo a otro país es lo mismo, la predecible asociación con México y la molesta pregunta ¿Eres de México? La respuesta la recito de memoria y solo me resta esperar encontrarme con un nuevo rostro para que la interrogante sea nuevamente formulada.

La misma historia en cada viaje, la molesta confusión, el inevitable golpe al ego de este corazón guatemalteco que responde “…a vencer o a morir llamará”.

 




De pronto les explico y los aterrizo en mi tierra, algunos reconocen de inmediato el esplendor de la cultura maya y pareciera que todo vuelve a la normalidad.

Quizás exista un trasfondo en mi rechazo ante tal confusión, quizás simplemente quisiera que en verdad y de una vez por todas “levantaramos vuelo más que el cóndor y el águila real”, que se nos reconociera por nuestra multiculturalidad, por nuestros lagos o por las aguas cristalinas de Semuc Champey más que por nuestra cercanía con México.

No me llames mexicano, somos tan diferentes como el chino lo es del japonés, como el maya del azteca. ¿CUÁNTAS veces tendré que repetir el mismos discurso?.

Ojalá, pienso para mí, muchas más personas conocieran la grandeza de esta tierra y las personas compraran más vuelos para Guatemala, ojala que en las interminables filas de las aduanas, alguien que escuchara mi voz me dijera: vos sos de Guatemala, el país con el lago y la Semana Santa más bella del mundo. 




Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte