No les parece curioso ese terrible mal que aqueja a los políticos, funcionarios públicos y otras “figuras” de nuestro país. Ya que al ser capturadas por cualquier delito, repentinamente caen gravemente enfermos; les aqueja un sin número de dolencias tales como diarreas, fiebre, infartos, trastornos de ansiedad, entre otros; que los hace exigir su reclusión inmediata en algún centro hospitalario, y de esa manera, hacer un poquito de tiempo para que sus abogados puedan conseguir, con suerte o con algún otro factor, una medida sustitutiva para evitar, a toda costa llegar tras los fríos barrotes de una prisión.
Esta práctica es utilizada tanto por hombres como por mujeres, tampoco importa la religión o el cargo ostentado, lo importante es no llegar a la cárcel, y para eso se valen de muchas vías, algunas legales otras no tanto. De acuerdo con la analista política Carmen Aída Ibarra, quienes tienen poder político y económico recurren a “inventar enfermedades para poder estar en un hospital y pasar la prisión preventiva con comodidades, aunque implique tocar sus finanzas y las de la familia; aunque también hay personas que si se enferman en realidad, debido a depresiones, agobio o estrés pues estos pueden causar desequilibrios”, sin embargo la mayoría de estos últimos cuadros clínicos de acuerdo con médicos consultados, puede ser tratado ambulatoriamente, no es necesaria la hospitalización. De esa manera la analista concluye “para ellos es duro estar en prisión, pues nunca imaginaron que los descubrirán en la comisión de delitos y por eso tratan de evadir la cárcel, pues estando fuera pueden personalmente recurrir a tráficos de influencia, entre otros”.
Los abogados defensores de este singular grupo de individuos, se convierten en auténticos reyes del amparo, pues recurren en incontables ocasiones a esta figura constitucional ante cualquier eventualidad, retardando procesos y violentando la norma. “La amplitud del amparo es la que permite que se abuse de él” nos cuenta Camilo José Peña, abogado y notario de la Universidad Francisco Marroquín, quien además añade puntualmente “el problema es que para corregir este mal, es necesario reformar la constitución; y eso es peligroso como ya todos sabemos, pues el amparo no se puede limitar por una ley ordinaria como algunos han propuesto”.
A continuación les presentamos algunos pocos casos.
Roxana Baldetti Elías, Ex Vice Presidenta. Luego del escándalo de su captura pasó varios meses recluida en un hospital privado, su defensa asegura que sufría diversas dolencias e incluso argumentaban que era víctima de una bacteria en ese momento desconocida. La también ex diputada ya ni siquiera va a tribunales, todo lo hace por videoconferencia ya que denuncio al juzgado que es víctima de amenazas de muerte y se rehúsa a salir.
Daniela Beltranena, Ex Asistente de Baldetti, quien durante su época Biker gozaba de excelente salud, al ser recluida ahora supuestamente sufre de presión alta y diabetes.
Blanca Aída Stalling, luego de perder su inmunidad, y temiendo su eventual captura solicitó un “licencia” para ausentarse de sus labores, pero bajo la figura legal de “separación de función jurisdiccional con goce de salario”, y para esto se envió una constancia médica firmada por una psiquiatra que informaba que la abogada sufría de trastornos de ansiedad, diarreas y un desequilibrio hidroelectrolítico grado dos por lo que ordenaba su reclusión en un hospital. En la imagen captada por un agente de la PNC, cuando fue desarmada, tratando de esconderse de las autoridades vistiendo una peluca dentro de una abarrotería.
Gustavo Alejos Cámbara, ex secretario privado de la presidencia de Álvaro Colom y empresario farmacéutico. De acuerdo con sus abogados sufre de hipertensión, lo que le ha permitido entrar y salir hacia diversos sanatorios donde ha permanecido algún tiempo.
Uri Roitman el empresario que vendía el “agua mágica” que limpiaría el lago de Amatitlán y que está acusado de cohecho activo, fraude y asociación ilícita, apostó por la incapacidad mental, y ahora ve el proceso por videoconferencia, en la imagen saluda desde su habitación en un hospital privado.