No hay historia que no guste o llame la atención en cuanto a los call centers. No podría ser de otra manera si en nuestro país son más de 38 mil empleos generados por esta industria. Siempre al optar por una plaza les realizan a todos la famosa y nada querida drug test.
Por si no sabes en qué consiste esto te lo comparto brevemente. Como su nombre lo indica en inglés el drug test es un examen de drogas. Por medio de la orina realizan una prueba toxicológica para así determinar el tipo y la cantidad aproximada de drogas legales e ilegales que los chavos consumen. ¡Qué grueso verdad!
En muchas ocasiones, si al hacerte la prueba resultan altos niveles de drogas en tu sangre difícilmente te aceptan en el call center, sin importar que seas un crack hablando dos o tres idiomas.
Pero, los chavos y chavas con el afán de conseguir un empleo de buena paga, se las han ingeniado para entrar a trabajar en los call centers sin tener que dejar de consumir a diario su santo purito.
Tal es el caso de dos amigos callcenteros, ambos con un maravilloso ingenio y rodeados de grandes amigos y familiares lograron pasar su drug test sin tener que dejar de consumir weed.
Mi amiga callcentera, una chica pilas para hablar inglés, necesitaba empleo con carácter urgente; por lo mismo no disponía del mes o mes y medio que se necesita para limpiar su cuerpo de THC (principal psicoactivo del cannabis). Pero sí tiene una hermana parecida a ella y, que sin duda, la ama mucho, con toda su alma, al menos le hizo el paro y eso es lo importante.
Ya había pasado todas las pruebas necesarias para ingresar al call center, la entrevista con quien sería su jefe inmediato y el jefe de la cuenta para la cual trabajaría; solo hacía falta algo más, el drug test, que sería el único impedimento para que obtuviera el chance. Amante de la weed, sabía que pasar esa prueba en limpio sería imposible, creo que ni dos meses le bastarían para terminar de limpiar su cuerpo. Pero ella tenía un as bajo la manga que los del laboratorio desconocían, una hermana idéntica a ella.
Así que el día que la citaron para realizar el drug test, quien se presentó a realizarlo fue su amada hermana, el parecido era tanto que no se dieron cuenta y fue así como mi amiga callcentera pasó la prueba, pudo conseguir el empleo y sin abandonar su purito.
Ahora bien, si esa no te pareció una historia con bastante adrenalina, la de mi amigo callcentero te hará querer ir por una bolsa de poporopos para continuar la lectura. Mi amigo callcentero y la weed han tenido una estrecha relación desde que él tenía 14 años. Es su fiel amiga y no hay día que pasé sin que la consuma en considerables cantidades “así debe ser”, asegura él. Lo que estás a punto de leer lo ha hecho en más de una ocasión, ya que como buen callcentero ha trabajado en más de uno. Pero te compartiré la última vez que hizo chanchuy.
Al igual que mi amiga callcentera pasó todas las pruebas y entrevistas en el call center, solo le hacía falta el drug test; a diferencia de la chica a él lo citaron para esa prueba el mismo día que el resto de sus entrevistas y pruebas. Un poco afligido porque necesitaba el chance, no tenía tiempo para pensar qué hacer, buscar un hermano gemelo perdido en la ciudad; pero sí contaba con un gran amigo, casi hermano que a diferencia de él no consume weed.
Lo llamó y el amigo en cuestión de una hora ya estaba junto a él, se dispusieron a buscar el laboratorio donde le realizarían el drug test, ya localizado necesitaban un restaurante en el que pudieran entrar ambos al baño. Lo que aprendieron la primera ocasión en la que hicieron lo mismo, es que su aliado orinó en una bolsita de plástico, le hizo un fuerte nudo, luego mi amigo callcentero, que por cierto es muy flaco, y gracias a esto pudo guardar en sus jeans la bolsa con el pipí. Así fueron al laboratorio para que mi amigo llenara el frasco de la muestra con la orina. Cuenta que fue un momento con mucha adrenalina, pues no se podía hacer ruido al tratar de abrirle un pequeño hoyo a la bolsa, tampoco quería que le escurriera en la manos o ropa, lo peor era que la laboratorista se encontraba a menos de tres metros detrás de él. Casi lo cachan, pero una vez más pudo hacer chanchuy en el drug test y hoy lleva más de años y medio en ese call center. ¡Valió la pena! Él tampoco tuvo que dejar de fumar a su incondicional amiga.
Solo me alcanzó para compartirte dos historias de las muchas que hay de callcenteros que se las han ingeniado para pasar el drug test y así poder trabajar. ¿Se vale hacer esto? No lo sé y no soy quien para juzgarlos, son extraordinarias personas eso lo puedo asegurar. Además, son fuente de ingresos para sus familias, eso para mí vale más y los puritos que se fuman solo agregan aroma a su andar.
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