Andrea Vargas tiene 25 años. En julio del 2017, comenzó a buscar un nuevo lugar para vivir. Decidió comprar un apartamento junto a su pareja y en el mismo edificio cuentan con un gimnasio muy completo. Tiene todo tipo de máquinas y accesorios para ejercitarse.
Mientras buscaba el lugar ideal para comprar, pensó en un apartamento o condominio que contase con espacio para hacer deporte. Siempre ha tenido un estilo de vida atlético, disfruta comer saludable y dedicarle al menos dos horas diarias a sus entrenamientos.
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Fue su premisa por mucho tiempo, pero ahora se da cuenta la farsa en la que vivió por meses. ¡No usa el gimnasio de su edificio!
Pocos los usan
Cuando Andrea conoció el lugar inmediatamente se enamoró del gimnasio. Se visualizó todos los días disfrutando de la hermosa vista y dando unos cuantos pasos para llegar a su hogar. Sin embargo, dos meses después de mudarse abrió los ojos.
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Pese a tener un área fitness muy cerca, se dio cuenta que solamente dos vecinos utilizaban este espacio. Muchos otros argumentaban falta de tiempo y algunos más se notaba que no les interesaba pasar siquiera por el nivel en donde se encontraba este servicio.
Por su lado, Andrea prefirió continuar en otro local, con un entrenador personal y sus mismas amistades de siempre.
Allan Ortega, un vendedor de inmuebles, aseguró que es un hecho que regularmente pasa en los edificios de apartamentos. Incluso explicó que en los primeros meses los habitantes asisten con regularidad, pero con el paso de los años eligen otros espacios.
Los clientes regularmente preguntan sobre los gimnasios. Algunos con una vida más saludable inclusive cuestionan el tipo de máquinas o implementos que se habilitarán para los habitantes, pero cuando se mudan, muy pocos ocupan esa parte de las instalaciones.
Allan Ortega, vendedor de inmuebles.
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También explicó que el uso del gym depende de la zona en donde se construya el edificio.
Por ejemplo, en zona 15, 16, 4, 10 y 14 es mayor la cantidad de usuarios en estas áreas. Tampoco, la totalidad de inquilinos, pese a que muchos consultan por el gimnasio. Pero, en otro tipo de lugares es menos recurrente que los usen, por el estilo de vida o incluso influye mucho el tránsito y las horas a las que salen o vuelven a casa.
Allan Ortega, vendedor de inmuebles.
Una de las primeras opciones
Ortega tiene al menos 14 años de dedicarse a la venta de bienes inmuebles, ha conocido cómo cambiar la estrategia con cada generación y afirmó que con la juventud es un buen enganche ofrecer el gimnasio, aunque estos terminen sin utilizarlo.
Muchos llegan diciendo que les gusta ejercitarse, algunos tratan de comenzar a hacerlo, pero con el tiempo y su rutina las cosas cambian. He participado en la venta de al menos 12 proyectos diferentes y los gimnasios son las áreas que menores cambios sufren en los primeros años de uso, porque no se desgastan tanto.
Allan Ortega, vendedor de inmuebles.
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El experto en ventas asegura que la inversión de una persona en el apartamento es “de alto impacto” en su vida y los gimnasios se han incorporado a los espacios habitacionales porque podrían llegar a beneficiar no solamente la salud de los clientes, sino además sus finanzas.
Pagan por el servicio. Dentro de los gastos se establece una cuota mensual y en ella se incluye el uso de los espacios comunes. La teoría dicta que no sería necesario que gasten en otro gym, aún así las personas deciden absorber esos costos extras.
Allan Ortega, vendedor de inmuebles.
Vargas cayó en su propia trampa y compró un apartamento por la belleza y funcionalidad de su gimnasio. ¿Tú qué harías? ¿Aprovecharías el área fitness o seguirías pagando el servicio por otro lado?
Fotografía de portada tomada de Guía Fitness.