Rodeadas de edificios de miles de dólares, se encuentran escuelas urbanas e institutos con grandes carencias en infraestructura o equipo y que aun así buscan cumplir con su labor y que los niños puedan aprender.
Muchas cubren con una capa de pintura las grietas y con colores vistosos quieren animar a las y los estudiantes a asistir a clases, pero los problemas siguen ahí.
La Escuela Urbana José Antonio Salazar, ubicada en 18 calle 14-16, zona 10, marca el contraste entre la zona de edificios y apartamentos.
Esta primaria de jornada matutina cumple 100 años y comparte instalaciones con la jornada vespertina de párvulos y nocturna de básicos. Aunque cada una tiene administración separada, un gran problema son los escritorios.
“Tengo alumnos que buscan en la mañana pedazos de escritorio”, recalca la maestra Rioardí Ardón.
Ella comenta que esto ha sido así por 2 o 3 años: “El Ejército nos iba a ayudar porque ellos tenían ese proyecto como Ministerio de la Defensa. Pero no logramos coordinarlo”.
Tienen material con el cual se podría trabajar y han tratado de tocar puertas, pero ha sido difícil.
En cuestión de agua están bien. Cuentan con una cisterna y el sistema de agua que instaló la Municipalidad. Además, los servicios sanitarios fueron remodelados recientemente. Tampoco tienen problemas de luz. Pero los escritorios es algo del día al día.
Entré al salón de 6o. primaria de la maestra Ardón y es notorio el deterioro de los escritorios que los niños usan diariamente. Muchos agujereados, otros en dos piezas y algunos sin respaldo.
La escuela ha buscado apoyo con instituciones como Grupo Terra, quienes en 2012 donaron el laboratorio de computación. Y ahora con este problema de escritorios esperan mejorar las condiciones en que las y los estudiantes aprendan.
También visité el Instituto Nacional para Varones Adrián Zapata, en la 13 avenida de la zona 2. Esta es una zona de nuevos apartamentos en crecimiento donde también es notoria la diferencia de una calle a otra.
Hablamos con Aura Méndez, Directora del Instituto, y nos comenta que el apoyo del Ministerio de Educación fue con rollos de papel higiénico y escobas, sin tomar en cuenta las necesidades específicas del establecimiento.
“No es que el material no sea útil, pero nos hacen falta otros insumos. Ellos se centran en lo que consideran necesario y esa es la gratuidad”.
El instituto trabajaba por la gratuidad que da el Ministerio de Educación. Este lo reciben dos veces al año, Q100 por estudiante.
Mientras hablamos de esto, observo en estantes el papel apilado y los montones de escobas nuevas junto a los archivos.
“Este año ya no voy a trabajar por gratuidad, sino que la OPF recibe el dinero y nosotros lo destinamos a las necesidades”, expresa Méndez.
La OPF es la Organización de Padres de Familia. Ellos reciben el dinero y lo primero será destinado al equipo de computación, el cual fue donado por la Embajada de Japón en 2010 y desde ese año no se ha podido darle mantenimiento adecuado.
Salimos de la sala de maestros para conocer los baños de los niños, con la advertencia de cómo se encuentran.
La Municipalidad y Cementos Progreso apoyarán en la reconstrucción de los baños de los niños, pues estos colapsaron.
El Instituto trabaja con otras organizaciones como Fundación Novella, Asociación Donamor, IEPADES, entre otros.
El 18 de enero inauguraron los baños de las niñas, con el apoyo de Asociación Estrella de Mar.
Y finalmente entré al taller de carpintería, el cual está clausurado por CONRED pues se ha vencido con el tiempo y las paredes están deterioradas, siendo un riesgo para el alumnado, a pesar que el equipo industrial funciona.
Dentro del taller están guardados sacos de cemento y otros materiales, pero debido a la advertencia no se construyó, los materiales no podían destinarse a otras reparaciones y ahora son inservibles.
Teresa de Jesús Arango, catedrática auxiliar, relata que en este área guardan sanitarios que fueron cambiados, libros obsoletos y otros artículos que al estar inventariados no pueden deshacerse de ellos y por eso los acumulan.
“Cuando vienen a preguntar por escritorios, mostramos la paleta, las patas o lo que sea, pero tienen que estar”, indica.
El área de música guardaba humedad por lo que se remodeló el techo para poder usarlo. Por la música es difícil para otros maestros trabajar en las aulas, por lo cual este salón alejado es ideal para la materia.
Definitivamente, la lista de carencia sigue, y estos son únicamente dos ejemplos de cómo a pesar de las carencias, las instituciones buscan salir adelante.
El Mineduc destinará Q115 millones para renovación y reparación de 1,700 establecimientos educativos.
Esto significa que cada escuela (que cuente con este apoyo) recibirá Q67,647.06.
Según ANACOVI, el mt2 en zona 14 se cotiza a Q13,297.5 ¿por cuántos metros cuadrados lo multiplicamos? En 10 mt2 ya superamos lo que recibe una escuela. Con un apartamento de 40 mt2 estamos hablando de Q531,900.
Por su parte, el mt2 en zona 2 se cotiza a Q10,185. Una vivienda de 40mt2 está alrededor de Q407,400. Con eso se ayudarían a 6 escuelas, según el presupuesto del Mineduc.
Somos un país polarizado y vivimos en microesferas, donde de pasar de una lujosa torre de apartamentos nos topamos con una escuela urbana que tiene más necesidades de lo que la fachada nos muestra.