Su hijo ganó, pero usted sabe que no aprendió nada imagen

-Que gane su hijo, pero no me haga daño-, una cara de las maestras guatemaltecas y lo que viven con algunos alumnos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Miss Victoria es maestra de 3o. Primaria en un ciclo vespertino. Tiene 14 años de ser docente y aunque nunca la han extorsionado o amenazado de muerte, casi le roban el auto como medida de presión. Por ello apela al adagio “más vale prevenir que lamentar”, pues según dice, los padres de los alumnos son cada vez más reaccionarios.

Ahora esa brasa caliente, ese alumno que no deja de molestar, que no quiere aprender y cuyos padres son intimidantes, lo deja avanza. Todoo esto para evitarse problemas, como un mecanismo de defensa. Este es su relato.

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“Soy justa, realmente los niños no amenazan, no es que utilicen a sus padres para avanzar en el colegio. Lo que sí sucede, es que uno ya sabe de donde viene el niño o qué tipo de familia tiene, las compañeras de otros años lo alertan a una.

Nunca me han amenazado, pero si han llegado a quejarse y a inventar cosas de mí y de mi desempeño. Una vez, llegué y ví a un grupo de jóvenes que parecían mareros y me pareció raro. Tiempo después me enteré que iban, que habían llegado, porque pensaban robar mi carro.

Sí, lo asocié con los papas, con uno de ellos. Desgraciadamente hay un elemento extra, las otras maestras, en todos los trabajos hay envidias, lo se y ellas de alguna manera se involucran.

Acerca del desempeño, a veces sucede así. El papá quiere que el hijo gane y punto. Entonces si no gana, hay problemas y por miedo, dejo que pasen. Ya llegarán a cuarto año y si no se ponen las pilas, como dicen, van a perder, hay un bloqueo ahí. Van a ir a perder.

Claro hay maestros a los que no le dicen nada los papás, pero a mí sí… como soy mujer. Creo que eso tiene que ver, que sea mujer… porque con los maestros no se menten. Estoy segura que esto me pasa porque soy mujer.

Ademas, con los Derechos ‘benditos’ del Niño las cosas son otras. Piense, cómo lo haría usted, vea este escenario: ¿cómo voy a dar clases si, tengo aulas a los lados y atrás, más el ruido de los niños que salen del aula, hay un momento en el que todos los niños platican… entonces uno tiene que poner orden, y alza la voz. Entonces, llega uno que pierde la paciencia, como le digo, y me salen con los Derechos del niño, lo utilizan para decir que uno no hace su trabajo.

Claro hay niños que ponen de su parte. Hacen las tareas, pero hay otra cosa en esto… hay madres que solo llegan a dejar a los niños y ahí se quedan afuera de la escuela. No tienen nada qué hacer, perdone la expresión, y las ve uno ahí, vagando frente al plantel… no tienen nada que hacer, porque no se van a su casa a trabajar, que busquen oficio. Usan la escuela de guardería.

Realmente no les interesa que sus hijos aprendan, les interesa que ganen, nada más. El fin de porqué quieren que gane y no que aprenda, nunca me lo han dicho, jamás, pero solo quieren que pase.

Me falta otro elemento. Los padres que les hacen los deberes a sus hijos. Yo califico letra, ortografía, planas, por qué se deben encontrar los errores y eso, pero hay casos en los que los mismos padres, con su letra, hacen las planas. Y nos damos cuenta, yo le digo al alumno, ‘mira, esta no es tu letra. El niño no dice nada. Se queda callado, y cuando uno habla con los señores padres, tampoco dicen nada.

Este es el momento de hablar con los padres. Pero sucede también que, cuando uno quiere hablar con ellos, resulta que al joven uno le dobla la edad. Yo tengo 44 y veo jovencitos de 22, pero eso es un detalle, no es problema, el punto es que uno no les puede decir nada. Están con la mirada agresiva, y no ponen de su parte, no dan pie al diálogo, son unos patojitos. Saben que sus hijos molestan, son malhablados, altaneros… es que saber qué aprenden en la calle… vienen a estudiar solo a pegarle a los niños más pequeños, porque eso es lo que pasa.

Hablaré de un caso. Él es malhablado, pero viene solo a lastimar a los niños de 1o. primaria, principalmente a las mujeres. Una cuestiona, les habla, los hace entrar en razón, pero ellos no quieren, hacen lo que quieren. Saber qué miran en la calle, tele y casa, que vienen y lo repiten.

Debo agregar otro fenómeno. Hay veces, cuando está lastimando a sus compañeras que se involucran otros niños y le dicen: ‘¿por qué no me pegás a mí, por que sabes que te pego vaa?, ¿por qué no te metes conmigo?’… a veces se defienden entre ellos, o a los de primero. Este niño tiene 9 años [Vuelve a insistir en que por los Derechos del Niño no se involucra].

Me toca decirle a la directora, ‘no reciba esos niños, porque son expulsados de otros colegios o escuelas, es que son patojos feos… agresivos… esos son los que agarran.

Al final, el cuadro es este: El niño que no se aplica y que a su vez el padre presiona porque gane, es el mismo que llega a molestar y lastimar a sus compañeros, sobre todo a los pequeños, solo por serlo.




[A principio de semana entrevistamos a Eric, tiene 17 años y perdió por tercera vez 2o básico ( http://www.relato.gt/historia-del-dia/eric-pierde-el-ano-y-la-frescura-no-lo-abandona) Cuando lo entrevistamos, su frescura era envidiable. Dijo no ser violento, y que pues, la vida sigue… entre ambos casos, ¿a cuál prefiere?]

Aaaaah… definitivamente al desentendido, porque no llega a molestar de forma violenta. Y fíjese que uno les pone más atención a esos casos. Les aconseja, y claro a los niños mal portados también se les habla, pero en este primer caso al menos escucha, este segundo caso no.

2016 lo empecé con 34 alumnos, y uno espera que al menos, unos 5 terminen de estudiar la Primaria. De los 34, uno se fue y el otro murió. El segundo fue por un accidente en su casa, por la ignorancia de la madre. Ella subía a la terraza a colgar ropa y su hijo le acompañaba, pero vino el nene y tocó el cable de alta tensión y murió electrocutado, lo toco con la mano. Aunque estaba forrado con poliducto, parece que la parte que él agarro no… y sabe qué es lo peor… que dios me perdone, pero ese niño no molestaba, que me perdonen, pero ese diablo que tengo en clase, no hace nada, solo molesta. Y lo peor es que no escucha, como que no es con él, ve para otro lado…

El sistema me agarra de manos, no puedo hacer nada, no puedo educarlo, simplemente no se deja. A veces le digo, ‘Marcos si no le gusta venir ¿por qué no se queda descansado en su casa?’ Y responde que es porque se aburre.

La gente dice el maestro aquí, el maestro alla, ¡maestro huevón!, pero no es así. Si esto de lidear con niños y papás es cosa seria. Y de ahí se quejan en la dirección… la otra vez dijeron que pateé a uno de ellos… dios guarde, si ahora no se les puede tocar ni un pelo a los niños, ya patearlo ¿cómo va a ser?… y por fortuna la directora sabe que una no lo hace, dios guarde….

¡Jamas, nunca, no!, nunca me han levantado la mano, pero si hablan feo son bien vulgares, y bueno, si no les gusta como los educa uno, que los cambien de escuela…

Perdonenme pero siento que sí son casos perdidos. Hay muchos niños cuyos padres vienen de hogares desintegrados, el padre de ese diablo [el alumno mal portado], del que le hablo, es de un hogar desintegrado, si usted le ve la cara es como si le está pidiendo algo, como que le quiere pegar… está amargado el joven y ya es papá. No hay vuelta atrás.

Una jura dar educación, y por más que me esmero por dar clases, una dice con estos casos, ‘ya, que pase, el padre se ve amenazante’, y yo si se los digo, ‘el niño pasó porque usted quiere, pero usted sabe que él no aprendió nada. En cuarto primaria ya no va pasar, y le pido a Dios que le toque con un maestro, un señor de aquí del plantel, porque con él no se meten, que se haga cargo. Él no les aguanta nada, y con él no se meten, como es hombre… a él sí le hacen caso”. 

Ilustración: Tenshi Arts 

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