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Miradas muy expresivas que transmiten ternura, amor y compasión son el lenguaje con el que los perros logran un entendimiento perfecto con los seres humanos. Para muchas personas, los caninos son un miembro más de la familia, otros prefieren tener uno, que engendrar un hijo.

El vínculo afectivo y de comunicación entre las personas y sus mascotas es tal que a veces hasta las miradas sobran. Por eso cobra sentido el dicho, “el perro es el mejor amigo del hombre”.

Sobre la lealtad e incondicionalidad de un perro, Ricardo Arjona sugiere que no hay que dudar de ellas, “los amigos y la novia se fueron solo me quedó el perro, que no tiene prejuicios y me acepta como soy”, dice en la canción Animal Nocturno.

Los que tenemos perros sabemos que siempre habrá alguien al pendiente de nosotros en casa. No importa si fue un buen día, si las cosas salieron mal, si se está triste, o solo quiere echar la hueva.

Con solo que te muevan la cola basta para abstraerse del diario vivir, demostrarle cariño y afecto a un can hasta de terapia sirve.

Los perros son un modelo muy natural para la fotografía o inmortalizarlos en una pintura, no piden verse más jóvenes, ocultar imperfecciones naturales o que les quiten las libras que están de más.

No viven de apariencias, ni les importa su condición. Sí son los consentidos de la casa, el alfa de una jauría callejera o solitarios vagabundos. La mayoría son agradecidos, sobre todo los que han sufrido maltrato y son rescatados.



El realismo retratado en perros como las obras de Jorge Mazariegos tienen mucha demanda. Foto: Jorge Mazariegos

Siempre han sido retratados, en épocas como la Victoriana se coleccionaba imágenes de los más consentidos o de los de caza. En la actualidad, algunos han heredado millonarias fortunas y viven con más lujos y excentricidad que un humano.

Lograr captar el momento oportuno para obtener la expresión que refleje su personalidad puede ser algo ocasional, o una tarea muy entretenida, con resultados impresionantes.

Retratista de perros

El reconocido artista, Jorge Mazariegos Maldonado, empezó a pintar a los ocho años en el estudio de su papá, el maestro Jorge Mazariegos Rodríguez.

Sus primeras obras fueron paisajes, que luego dejó para pintar perros, que le ha permitido tener un estilo propio y proyectar su trabajo dentro de la corriente de arte contemporáneo.

En el año 2000, retrató por primera vez un perro que le hizo sentir mucha nostalgia por la vida que se vive en la provincia.

“Lázaro” como le llamó, estaba en el mercado de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, parado sobre tres patas y con otra alzada se rascaba detrás de una oreja para sacudirse las pulgas y espantarse las moscas que le incomodaba su vagar.

Luego vino su trabajo más destacado “Testigos Urbanos”, inspirado en los perros de la calle, donde encontró una metáfora entre el hombre y los canes, por ser estos observadores silenciosos y fieles testigos del progreso del ser humano y la sociedad.

“En los pueblos se sigue encontrando muchos perros de la calle, son parte del paisaje que uno observa de estos seres peludos de cuatro patas, que son tan cariñosos, siempre contentos”, refiere Mazariegos.



La obra perros copulando de Jorge Mazariegos fue censurada en una Bienal de Arte en el Centro Histórico. Foto: Jorge Mazariegos

A lo largo de su carrera ha conseguido importantes premios como los obtenidos en 2005 y 2009 en Juannio y la XIV Bienal de Arte Paiz, realizada en 2004.

Su trabajo ha sido expuesto al menos en 400 oportunidades en todas las galerías de Guatemala y en Estados Unidos, Taiwán y México.



Los cuadros de Jorge Mazariegos forman parte de colecciones privadas. Foto: Erick Girón

De los perros consentidos, Jorge Mazariegos, hace referencia de alguien que le compró una colección, quien le dijo: “Espero que mis hijos no me digan nada porque estoy pidiendo retratos de mi perro, antes que los de ellos”.

Los amantes de los animales, en especial de los perros, con mucha propiedad sostienen que hay algunos que solo les falta hablar, realismo palpable en cada trazo de las obras de Mazariegos.

De los perros callejeros, recuerda que en un viaje que emprendió a San Marcos, se encontró con un bravucón, de esos que solo ven pasar un vehículo se alteran y ladran sin parar.

La imagen fue plasmada en un cuadro, que luego expuso en una galería de la Antigua Guatemala y que hoy forma parte de la colección privada de obras de arte del dueño del Cirque du Soleil, en Canadá.

¿Cómo se llama esa obra?



El cuadro perro que ladra no muerde es parte de las obras del dueño del Cirque du Soleil

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