Para muchos, Uber es un servicio que beneficia a sus socios conductores a costillas del consumidor. Para otros es una plataforma esencial y económica para la movilización y una fuente significativa de generar ingresos y empleo. Lo cierto es que desde que se incorporó esta empresa en Guatemala en diciembre de 2016, se dio lugar a la apertura de nuevos espacios de competencia que hoy toman diversas empresas con servicios similares.
¡Algunas sorpresas!
Muchos socios conductores cuentan que el trabajo no les es rentable, pues, en muchos casos son trayectos cortos que generan ingresos mínimos y gastos innecesarios. Un estudio realizado por el medio estadounidense The Information, revela que el 96% de personas que se afilian a la compañía se retiran en el primer año, precisamente por la baja remuneración en viajes cortos y la depreciación del auto.
En varios países se dio el fenómeno que la empresa ofrecía a los posibles conductores ingresos que no eran reales. Muchas personas, ante las jugosas cifras, decidieron optar por préstamos para comprar autos, estando seguros que lograrían cubrir sus costos una vez comenzaran el trabajo. Sin embargo, las ganancias en muchos de los casos no eran las esperadas y varios se vieron ‘entre la espada y la pared’ y tuvieron que enfrentar sus deudas. Por estos ofrecimientos falsos, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos sancionó a la compañía por 20 millones de dólares.
A pesar de ello, es innegable la presencia que tiene la plataforma en Guatemala. Son varios los usuarios que aseguran que a través de ésta aplicación han obtenido muchos beneficios, como es el caso de Rafael, nombre que hemos utilizado como seudónimo para un conductor de Uber. ‘‘Nunca te quedas sin clientes, no pasan más de 10 minutos para que una persona te pida el servicio, pero tienes que ser estratégico para armar una ruta en base a los destinos que te piden para poder hacer la mayor cantidad de viajes. Yo trabajo de 10 a 12 horas al día’’. Otros conductores comentan que la clave para que no se generen las pérdidas es no tomar todos los viajes, más que los que sean de conveniencia.
¿Y qué le queda al fisco?
Es responsabilidad de cada conductor afiliado a Uber, generar facturas y enviarlas de forma electrónica al cliente. Éstas son ajenas al recibo que se entrega por viaje, donde se detalla la distancia, tiempo, ruta, monto y nombre del piloto.
Hasta el momento, todas las facturas entregadas por los pilotos son emitidas a nombre de “Consumidor Final”, pero los mismos aseguran que próximamente esperan poder realizarlas con el nombre y NIT de cada usuario. Es entonces responsabilidad de cada uno estar afiliado a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y realizar los pagos de impuestos, ya sea en régimen general o de pequeño contribuyente.
Rafael cuenta que cada domingo hace una recopilación de sus facturas para hacer los pagos respectivos a fin de mes. Incluso la compañía le hace llegar una factura por el 25% de sus ganancias que le son debitadas.
La competencia avanza
Son varias las empresas que han aceptado el reto de competir con Uber, entre ellas Lyft y Cabify.
Un total de 600 taxis se han afiliado a una nueva aplicación conocida como VIT, que proporcionará servicios similares a Uber y la cual según su director Rodolfo Neutze “será una empresa que tenga un equilibrio de beneficios para el conductor y el consumidor”. Este servicio tiene un costo de Q4.50 por cada kilómetro y cuenta con una alianza con las compañías de taxis blancos, amarillos y verdes.
También se encuentra Urban Taxi, que en pocos meses se convertirá en una aplicación, que además ofrece servicio directo por Whatsapp, Facebook y teléfono. La empresa tiene una tarifa fija mínima de Q25. y Q30., cuyo cobro se realiza si el recorrido es menor o equivalente a 5 kilómetros. De las ganancias obtenidas se descuenta al conductor el 20%.
Como ves las opciones para movilizarte en Guatemala ahora son más.
