El niño que, antes de morir, cambió mi vida imagen

Leucemia, 4 años y una actitud estoica… Carlos, en su convalecencia, hizo que una de sus doctoras viera la vida de otra forma.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Decir que la realidad supera a la ficción es hablar de un lugar común. Pero, ¿cómo no apelar a ella cuando la existencia te sorprende? O al menos así nos explicamos esta historia que le ocurrió a Mariana Nuñez, médico que ha apoyado a Relato en ocasiones anteriores y que esta vez nos parte el corazón y nos recuerda que otro mundo es posible.

****

El primer paciente que me cambió a mi la vida fue un niño de 4 años que tenía una leucemia muy rara. Se llama leucemia de células peludas, es extremadamente rara y letal. No sé por qué este niño sobrevivió mucho tiempo más.

Creo que la unidad de cáncer de Guate, junto con Unicar, es de las mejores cosas que tenemos: tratan muy bien a los niños, el área es muy bonita, los niños casi que están en un hospital privado con tratamientos de otros lados del mundo y les va muy bien. Entonces me asignaron ahí y tuve la oportunidad de conocer a Carlos.

Era una de esas personas que trascendieron. Y eso que siquiátricamente uno no entiende el concepto de muerte hasta que tiene 7 años, pero ese niño de 4 sabía que no se curaría, que estaba enfermo y moriría. Aun así, era el más feliz de entre toda la gente que estaba ahí. Yo llegaba cada dos o tres días a jugar Play Station con él. Le gustaba Mortal Kombat y yo le enseñaba ha hacer todas las Fatalitys que sabía. Era nuestra forma de entretenernos.



Mortal Kombat.

Es muy chistoso, porque no creo que ninguna de las otras mujeres entendía de videojuegos y cuando me miraba me decía: “¡Ehhhhh, vamos jugar Mortal!”. Y encendía la tele. Pero él fue la primera persona que me hizo darme cuenta de que la muerte siempre está contigo. Él sabía que la muerte estaba cerca, pero estaba feliz, todo el tiempo pendiente de que yo llegara a jugar y se disfrutaba cada momento.




Fatality de Sub-Zero: adelante, abajo, adelante, high punch.


Y sabés, le preguntabas a él si tenía miedo y te impresionaba:

“¿Miedo de qué? Tú también vas a morir algún día”.

Y claro, yo le respondí: “Sí, pero yo ya tengo 20 y tantos años y tu apenas tenés 4”.

“Sí, pero a lo mejor lo que yo tenía que hacer aquí ya lo hice, y en cambio a ti te está tomando más tiempo”.

****

Una vez platiqué con él de si le daba tristeza dejar a su mamá y hermanos y me dijo que no, que él sabía que sus papás iban a estar mejor cuando no lo vieran sufrir a él:

“Sí, pero tu ya no vas a estar”, agregué.

“¿Quién dice que no, ¿cómo sabés que no voy a estar contigo todo el tiempo?”.

Entonces, esas son las cosas que uno como médico no entiende. No sabés si realmente estas personas que están cercanas a la muerte ya trascendieron a un plano que los mortales no vemos y están así, como que ya están bien. Tranquilos, felices, no sé, Carlitos siempre está en mi corazón porque me hizo darme cuenta de que mi trabajo no es luchar contra la muerte, es aliviar el dolor.

La partida

Yo empecé a disfrutar mi trabajo. Puedo decir que Carlos se murió  como historia dramática de tele. 

Llegué un martes. Jugábamos Play martes, jueves y sábado. Llegué un jueves por la tarde y me dijeron que Carlos estaba en el intensivo.

Acudí al área y estaba sedado y entubado. Al martes siguiente regresé y estaba en su habitación. Nos pusimos a jugar, fueron como 2 horas y media porque llevé mis juegos y recuerdo que jugamos uno de mis favoritos, Forgotten Realm Dungeons & Dragons: Daggerdale y el güiro pasó como 7 pantallas que yo no podía.



Forgotten Realm Dungeons & Dragons: Daggerdale. 

Él jugaba con un druida y yo con un mago; y él podía avanzar. La cosa es que al terminar, esa vez, me dijo:

“¿Mirá, porqué cuando te vas nunca me decís adiós?”.

–Esa fue nuestra última conversación– Respondí: “No te digo adiós porque te voy a ver el jueves…”.

“¿Y cómo sabés que me vas a ver el jueves?”.

Porque sé que te enfermaste mucho, pero si estás aquí, quiere decir que ya estás bien.

“¿Y cómo sabes que estoy bien?”.

“Porque soy doctora y tengo un montón de tiempo estudiando para saber cuándo alguien está bien o mal”.

“¿Y si estás equivocada?”.

“…Pues sí, tenés razón. ¿Querés que te diga adiós?”.

“Sí, abrazame y decime adiós, porque si ya no me encontrás, ¿qué va a pasar?”.

El jueves siguiente que llegué ya estaba muerto. Al verme entrar, las enfermeras fueron a llamar a la sicóloga y ella fue la que me dio la noticia.

Dijo: “No la llamamos porque sabemos que usted está en otro rollo ahora, y lo más importante es su carrera”, y hablamos…. recuerdo que lloré al niño como una semana. Él fue parte de las personas que me hicieron darme cuenta de que por más que leás, aprendás, por más que querrás huirle a la muerte, está contigo todos los días, en la cosa más simple podés morir.

Él me hizo darme cuenta de que mi chance es luchar contra el dolor, que no necesariamente yo tenía que ser la que pusiera los tratamientos de un paciente, para aliviar el dolor, estoy segura de que lo ayudé a vivir un par de semanas más con llegar a jugar con él, porque el tiempo que estaba conmigo, estaba feliz. 

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte