¡Aguas con los hábitos tóxicos en la relación! imagen

Si te identificas con una de estas características, es posible que tu relación sea tóxica.

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Hay hábitos entre pareja que los creemos normales, pero en realidad son más tóxicos de lo que imaginas. ¿Qué otro le sumarías a esta lista?




La confianza entre pareja se va intensificando con el pasar del tiempo. El trato se vuelve más amigable, ya no te avergüenza que te vean en fachas e incluso comienzan a viajar juntos. Un punto muy notable que incluso a mí me ha pasado, es que ya no quieren salir a comer a un lugar, es mejor pedir a domicilio y ver una película ¿o no? Estar de “fodongos” como le dicen.

No todo es color de rosa

Así como aumenta la confianza, también aumenta el tono de voz, las peleas y algunas discusiones absurdas que no tienen porque ser discutidas. Normalmente nos enojamos cuando no sentimos atacados, ofendidos, ignorados o regañados. Según la psicóloga Silvia Russek, el coraje aumenta cuando detectamos que el tema es injusto o se acusa de algo no válido. Pasa mucho en las parejas, y más con los hombres, que una de ellas se siente superior a la otra, por lo que esto es un indicador rojo para que el enojo aumente y se convierta en una gran discusión.




Los hábitos tóxicos que debes evitar

Las indirectas

Y esto va más para las mujeres. Si eres chica, debes entender que tu novio, esposo o amante ¡jamás de los jamases va a entender las indirectas! En mi humilde opinión, no sé si se harán los locos, pero nosotros tendemos a enojarnos cuando ellos no nos captan lo que tratamos de transmitir. Si tu caso es el contrario y eres tú el de las indirectas, bájale a eso y comienza a decir las cosas tal y como son para que en un futuro no existan malentendidos sobre el tema del que hablaste. Recuerda que tu pareja no tiene superpoderes y no puede ser adivina ni tampoco leer tu mente.

Chantaje

Ese típico “If”, o el “Haz lo que quieras” y ojo, esto no va solo para las chicas. Los hombres también chantajean. Para darte un ejemplo, es como decir: “Yo no sé qué va a pasar si lo haces” en un tono de advertencia. Y esto lo que hace, según Russek, es que crea un estado de ánimo depresivo y dubitativo en el que es mejor evitar lo que se quería hacer por miedo a las consecuencias.




Culpar lo malo de la relación a tu pareja

¡NO, NO, NO! Eso no se hace. Recuerda que ambos están construyendo una relación por lo que tienen un 50 por ciento de culpa de lo malo que suceda dentro de ella. Sea negativo o positivo, siempre tenemos la mitad de responsabilidad sobre ello.

Los padres de la relación

Y este tema es súper delicado porque de ahí surge el control: “¿a dónde vas?” “¿a qué hora regresas?” “¿con quién saldrás?”. Si tú eres así, bájale a tu mosh porque esto hace creer a tu pareja que no confías en ella. El psicólogo Fernando Azor afirma que el celoso siente que perder a alguien a quien desea a su lado o el hecho de ser engañado es insoportable, piensa que necesita certezas constantes de que lo que teme no va a ocurrir. No lo hagas. Por el bien de la relación, no controles a tu pareja.

Buscarle defectos para justificar nuestros actos

Y esto es uno de los casos más comunes dentro de la relación. Debes estar consciente que si cometiste un error, hay que aceptarlo y no volverse a repetir, pero resulta más fácil sacar los platos a la mesa y decir: “Sí, pero tu hiciste eso la vez pasada y no te dije nada”. Eso no ayuda y perjudica más la discusión. Pide perdón, acepta que cometiste un error y que esto también sirva como una lección para no repetirlo o como una advertencia antes de hacer algo que no se debe.




Las bromas que se vuelven ofensivas

Dicen por ahí que no es lo mismo mandar un mensaje que diga “qué imbécil eres jajaja” escribir “qué imbécil eres”. Claro, la diferencia es el “jajaja”, pero recuerda que entre broma y broma, la verdad se asoma. Esas palabritas que hacen de menos a la pareja que normalmente se dicen bromeando, eso permite a que un futuro te lo diga en serio y que no solo se trate de un chistecito.

No expresar tus sentimientos

Si algo te molesta de tu pareja, díselo, así podrán encontrar una solución. No te quedes con los sentimientos guardados. Eso de “no me pasa nada” es mentira. Si son problemas fuera de la relación y necesitas hablar con alguien, tu pareja es una buena opción. 

Si guardas todo eso puede que el enojo rebote en tu pareja y creas que ella tiene la culpa de todo lo que sucede. Y lo repito, nadie es adivino ni tampoco está obligado a interpretar tus sentimientos. Habla con tu pareja y resuelvan conflictos o al menos que te ayude con un consejo para solucionar tus problemas.

Ten en mente que una relación tóxica siempre termina y si tienes suerte, finalizará bien. Si llevas una convivencia así, lo mejor es que hablen y resuelvan el tema o bien, cada quien se vaya por su camino. 




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