Te voy matar, porque me salvaste la vida imagen

Jurar para salvarle la vida a cualquier ser humano que lo requiera cobra nuevos significados en Guatemala. Ahora, en el país incluye poner en riesgo la propia vida. En los últimos días, se supo que la

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Jurar para salvarle la vida a cualquier ser humano que lo requiera cobra nuevos significados en Guatemala. Ahora, en el país incluye poner en riesgo la propia vida. En los últimos días, se supo que la ministra de Salud Pública y Asistencia Social, Lucrecia Hernández Mack, indicó que los reos que sean trasladados a los hospitales nacionales, tendrán un horario específico de atención; es decir, sí se les atenderá y esto es una respuesta a un atentado fallido a un preso y una amenaza de bomba. El mensaje final es ese, se velará por su salud, pero parece que no se entiende el mensaje pues ya se tienen amenazas.

Relatar lo que sucede en un hospital nacional, en relación a mareros o privados de libertad, trae sensaciones agridulces a Mariana Nuñez. Estudia medicina desde hace 15 años, ahora es Traumatólogo y ortopedista, y desde hace 12 años, sus manos han atendido pacientes y en varios casos, han salvado vidas.

Al entrevistar a médicos no se necesita tener tacto, valga la sangronada, con ellos hay que ir al hueso. -¿Eso de salvar vidas es realmente universal?- “¡Claro! Son varios los parámetros, normas y códigos que como médicos estamos obligados a atender a cualquier paciente. Siempre se le respeta. Si es un marero y lo lleva de emergencia desde la colonia El Milagro lo vamos a atender hasta que esté más estable, y se le traslade a otro hospital. Hay que tomar en cuenta que los médicos en formación están sometidos a ese riesgo. Te digo, los últimos 3 turnos tuvimos 7 pacientes baleados por turno, eso es bastante. Es una cultura grande de violencia la guatemalteca”.

“Cuando era estudiante no había tanto riesgo. Ahora sí. Nos acaban de decir, es más, nos advirtieron, que no podemos andar en uniforme fuera del hospital. Y es por el riesgo… aparentemente se les ocurrió «no sé si te enteraste» que ‘medico visto de blanco médico muerto’. Lo pusieron en una manta que unos presuntos mareros colocaron afuera del hospital San Juan de Dios. Parece ser que en ese lugar se pide que no se les atienda, pero habría que ver, y es que la cantidad que se atiende ahí es mucho mayor por la jurisdicción”. –

¿Pero el actuar de los mareros es nuevo?- “El hecho de que los médicos tengan que atender esos casos no es nuevo. Recordá que el año pasado estallo una bomba afuera del hospital y mato a varias personas. También recuerdo que en mis años de estudiante lo que ocurría con frecuencia era que cuando se enfrentaban los pushers [distribuidores de droga al menudeo], y querían matar a alguno le disparaban o acuchillaban. Si no moría, esperaban a que la persona entrara al hospital y bueno, en ese entonces solo había un policía de turno, que se mantenía ahí por ese tipo de paciente para decomisar armas, y brindar seguridad. Lo que sucedía es que ¿los adversarios?, aprovechaban el momento de la urgencia, donde todos estaban tratando de salvar al paciente, para colarse y encañonarnos y esperar a que muriera el herido. Su finalidad era esperar a que su paciente baleado se muriera, a mí me pasó dos veces”.

-¿Cómo fue?- “Una vez entraron a la emergencia y el grupo nos encañonó con armas automáticas. No nos dijeron nada, solo esperaron a que muriera. Luego se fueron nunca nos amenazaron. Estábamos de pie a esperar la muerte. Tuvimos que dejar de trabajar”. -¿Y la siguiente vez?- “mmm, ves que siempre hay un líder de trauma, el que supervisa las operaciones. Entonces le dijeron a él ‘el paciente muere, que si no, mataban a todos’, y dejamos de trabajar. No es algo que tenga mucha difusión, lo sé. Los médicos aguantamos esas cosas”. 

Según medios nacionales, 1 mil 5 privados de libertad han sido trasladados en lo que va del año al Hospital San Juan de Dios y 610 al Roosevelt.

“Con decirte que adentro del hospital incluso asaltan a los médicos. Hay una unidad, la 5, en ella están los postoperados de emergencia. Hay todo tipo de gente. Personas como vos y yo que llegamos porque nos acuchilla en la calle un marero, y al lado pushers. Entonces ellos se aprovechan de la soledad de la noche. Cuando se sube a monitorizar a los pacientes y asaltan a los doctores, golpean a las enfermeras, a los estudiantes. Incluso quisieron violar a una estudiante, pero nunca se supo si fue cierto”.

-¿Cómo describís a los hospitales?- “Pues… la medicina es un ambiente… voy a decir que esta es una zona de guerra de narcos y otros tipos de violencia, y nosotros estamos en el medio. No hay duda de que se les va a atender, lo hacemos, es una obligación, es ese juramento que decís cuando te graduás. Lo que sería lindo es que te brinden esa opción de la seguridad. Ves que las universidades ya sacaron a los estudiantes de los hospitales nacionales”.

-¿Es posible no juzgar? ¿Se puede atender sin ver rostros?- “llegas a un punto de tu carrera en el que apreciás tanto la vida, y disfrutas tanto que una persona en una situación de riesgo esté bien, que no pensás en ello. De ninguna forma lo hacés. Sino yo me mantendría diciendo ‘este bolo no se merece que le arregle la pierna’ no hacés distinción”.




“Son muchas las veces en las que como estudiante o médico te llega el asaltado y el asaltante, y los tenés a los dos, los atendés por igual, al mismo tiempo, y usualmente, la víctima muere y el otro vive, es una cosa bastante extraña. Estamos tan acostumbrados a la violencia que trabajamos en medio de ella como en un área de guerra, y no nos importa, queremos que la gente esté bien”.

-¿Y ante la situación actual?- “Es más complejo el que no estén los estudiantes. En los hospitales nacionales no tienen ni siquiera guantes, o hilo y no digamos personal. En gran medida, es por los estudiantes que se sostienen muchas de los requerimientos básicos, como ayudar a los pacientes a que se les realice rayos X, o realizan una muestra de sangre, y por mal que suene, ese no es su trabajo, para eso están los camilleros, los laboratoristas, pero no los hay”.

“¿Es un ambiente caótico?, sí, pero a la larga, en medio de ese caos, hay bondad y cosas buenas Ver como alguien que está muerto regresa a la vida por tus conocimientos médicos es lo que te mantiene, lo que te hace seguir ayudando, luchando con la muerte. Doy fe que en los hospitales nacionales, a nadie se le deja morir. Se sacan pacientes que en otros lugares del mundo se les morirían. Lo irónico es que 3 días después ya anda robando”.

“Aunque no todo es tan turbio, a veces vas por la calle y los mismos mareros te reconocen que los has ayudamos, los reos no. Esa gente está podrida. Los mareros se dan cuenta que haces un esfuerzo genuino por ellos y tratan de agradecértelo en sus términos. Muchas veces me paso que caminando para el trabajo, a inmediaciones del hospital, vi mareros asaltando o abriendo carro y me veían y decían ‘es la doctorcita que me ayudó’ porque los saturaste o qué sé yo, y no me asaltaron. En sus términos te dan las gracias, que no son ideales, pero uno se da cuenta de que ellos reconocían gente que los querían ayudar. Los médicos no les quieren hacer nada, se les atenderá si es preciso, lo que buscamos es que no nos digan ‘Te voy matar por que me salvaste la vida”. 

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