¿Ya encontraste lo que estás buscando? -Blog: El vuelo del colibrí imagen

¿Alguna vez has tenido la sensación de haber perdido algo, sin saber exactamente lo que es? Esta es la historia de un buscador y de lo que encontró cuando se puso a buscar.

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Con la vida agitada que nos caracteriza, es común que dejemos olvidadas las llaves del carro, que perdamos el ticket de parqueo, o que nos cueste encontrar ese email con la información que necesitamos. Pero, ¿alguna vez has tenido la sensación de haber perdido algo, sin saber exactamente lo que es? Esta es la historia de un buscador y de lo que encontró cuando se puso a buscar.

Había una vez un hombre que buscaba algo que no podía encontrar. Aunque no estaba seguro de lo que era, recordaba haberlo tenido y sentía un vacío que le indicaba que lo había perdido. Abría las gavetas de su escritorio y registraba el armario, para descubrir qué era lo que le hacía falta. Pero como no sabía lo que había perdido, no tenía idea de dónde buscarlo. 

Por las noches antes de dormir, miraba las estrellas sin saber en qué pensar.

Un día habló con un ejecutivo que parecía muy feliz y  pensó que quizás lo que buscaba era un trabajo en el que pudiera brillar. Preparó un papel que contaba la historia de todo lo que sabía hacer y lo llevó a una buscadora de empleos. Al poco tiempo consiguió un trabajo en el último piso de un edificio muy alto, en una oficina llena de computadoras y de personas muy serias que trabajaban juntas sin decir una palabra. Por las noches antes de dormir, apuntaba sus pensamientos en su cuaderno de anotar, y miraba  las estrellas sin saber en qué pensar.




Una tarde en su hora de almuerzo, conoció a una señora que  vivía para viajar, y al ver cómo reía, decidió que lo que necesitaba era recorrer el mundo. Cruzó mares y subió montañas. Visitó grandes ciudades y conoció pequeños pueblos. Y llenó un mapa con banderas blancas que marcaban todos los lugares que había visitado.  Apuntaba todo en su cuaderno de anotar. 

Y por las noches seguía viendo las estrellas sin saber en qué pensar.

Un día terminó su viaje y decidió regresar. En el camino a casa, encontró un museo y al ver las obras de los grandes maestros se llenó de emoción. Pensó que tal vez lo que buscaba estaba en el arte. Compró una caja de pinturas y pintó con todos los colores de su paleta. Y aprendió a hacer esculturas de barro y de mármol. También rescató la vieja cámara que el abuelo guardaba en el baúl de los recuerdos y tomó fotografías para grabar todos sus momentos.

Por las noches antes de dormir, pensaba que todo lo que había hecho era bueno, y apuntaba sus pensamientos en su cuaderno de anotar.  Se sentía bien. Pero a veces miraba las estrellas y seguía buscando algo que no lograba encontrar.

Un día, un pensador  le contó que todo lo que sabía lo había aprendido en los libros. Y le prestó los tomos más especiales de su biblioteca.  Emprendió otro viaje, a un lugar más grande que el mundo, pero a veces más difícil de encontrar. Leyó muchos libros y apuntó muchas frases en su cuaderno de anotar. Fueron días muy intensos. A veces reía y a veces lloraba. Leía de día y escribía de noche. Pensaba mucho y dormía poco, y ya casi no tenia tiempo de ver las estrellas.

Un día terminó de leer todos los libros que encontró y finalmente se durmió. Pasó un día, y una noche. Pasó una semana, y un mes. Llegó el otoño y luego el invierno. Y un día de primavera por fin despertó: ¡Se sentía como un hombre nuevo!




Ese día sacó el mapa y recordó sus viajes. Vio las fotos, los cuadros y las esculturas de barro y de mármol. Vio las cartas de amigos y familiares que había encontrado a lo largo de su vida. Vio los libros. Por la tarde leyó todo lo que había escrito en su cuaderno de anotar. Sintió que las lágrimas que caían por sus mejillas abrazaban su alma y que aquel vació que le recordaba lo que había perdido, se hacía más pequeño. 

Al anochecer miró las estrellas, agradeció por todas las cosas buenas y sonrió.

Para ti, que sientes un vacío…

Para ti que no tienes tiempo de ver las estrellas…

Para ti que buscas lo que no has encontrado…

“La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro” -Henry David Thoreau 

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