Según un estudio presentado en la conferencia anual de la American Sociological Association de Estados Unidos, las madres que trabajan tiempo completo son más saludables mental y físicamente que aquellas que no se incorporan al mercado laboral.
Para realizar la investigación, los sociólogos de la Universidad Estatal de Pensilvania y de Akron, examinaron datos de 2,540 mujeres y determinaron que a los 40 años de edad, las que trabajan tenían menor incidencia a la depresión y más energía que las que se quedan en casa.
Según esos expertos el trabajo les da un propósito, autonomía y control de sus finanzas y logran sentirse útiles y eficaces, porque tienen un lugar donde se sienten expertas en algo y por eso reciben un salario.
Sin embargo, esta investigación no determinó cómo son o cómo se sienten las madres que están en casa y que tienen la satisfacción de cuidar a sus hijos y ser remuneradas por un trabajo profesional. La tendencia es cada vez más clara, madres que optan por trabajos desde casa o deciden emprender para quedarse al cuidado de sus hijos.
Fue mi caso, renuncié a mi trabajo para cuidar de mi hija. Debo confesar que idealicé mi maternidad desde casa, creí que sería más fácil de lo que me había imaginado.
Me enfrenté a trabajos poco remunerados, sentí muchas veces que me contrataban porque querían hacerme un favor o porque era lo más barato que podrían conseguir. Los honorarios generalmente lo ponían ellos y no yo.
No todo fue malo, tuve proyectos donde me sentí útil y muy bien remunerada, hacía lo que más me gustaba. Era como demostrarle a la sociedad que estar en casa y tener un trabajo profesional sí era posible.
Lo cierto es que quedarse desde casa no es fácil, pero nadie ha dicho que lo que es difícil no sea bonito. Tan bonito como ver a mi hija crecer y disfrutarla en sus diferentes etapas antes de que entrara al colegio. Si me preguntan qué me perdí del desarrollo de mi hija de 0 a 2 años les puedo decir que absolutamente nada.
Estuve presente para el inicio y en el proceso de su alimentación complementaria, fui testigo de la primera vez que gateó, cuando dio sus primeros pasos sin tomarme de la mano, cuando dijo su primera palabra, cuando enfermó y lo único que quería era estar conmigo.
¿La lista de lo que no me gustó?, también es larga. Los días parecen no acabarse nunca y cuando se terminan el resultado es cualitativo: una mamá cansada y una casa más desordenada de lo uno quisiera. El trabajo muchas veces no es visible ante los ojos de los demás.
Mientras estuve en casa tuve la tentación de buscar un trabajo de tiempo completo. Creía que esto me permitiría, al menos, poder tener una hora completa para mi y poder comer con las dos manos.
Ahora que lo tengo puedo decir que cualquiera que sea la circunstancia, ya sea que se decida quedarse a trabajar desde casa o salir de ella, la decisión es igual de valiente. Cualquiera de los dos esfuerzos vale la pena.
Contrata a una mamá diseñadora
Hace unos meses necesitaba contratar servicios de diseño gráfico, por medio de un grupo decidí contactar a alguna mamá que trabajara desde casa. Para mi sorpresa, mi correo se llenó de propuestas y de muchas historias con las que me identifiqué de inmediato.
Decidí hacer una campaña: “Contrata a una mamá diseñadora” con el fin de que más personas conozcan su trabajo y que contraten a una mamá que está en casa al cuidado de sus hijos pero eso no quiere decir que no sea una excelente opción para contratarla.
La campaña la pueden compartir desde la página La Agenda de Mamá, una pequeña comunidad que surgió gracias a Relato y al espacio que hoy comparto con ustedes.