El desencadenante
Harvey Weinstein es uno de los grandes titanes del cine, quien creó la empresa cinematográfica Miramax. Colaboró, produjo y dirigió varias reproducciones de cine muy famosas a lo largo del tiempo, como Pulp Fiction, Gangs of New York y Lion. Sin embargo, esta semana, su imagen pública cambió completamente gracias a las valientes declaraciones de la famosa actriz Ashley Judd. Ella contó una experiencia que tuvo con Weinstein durante sus inicios profesionales, quién la invitó a su cuarto de hotel y le hizo varias aproximaciones del tipo sexual, le pidió que le diera un masaje y que lo observara mientras se bañaba. En su condición de principiante, Judd mantuvo el silencio respecto a lo que había sucedido, sabiendo que ese hombre tenía la potestad de dejarla sin trabajo, pues era un gigante en la industria del entretenimiento. No obstante, hace unos días decidió que era momento de hablar acerca de esto y al hacerlo, despertó un movimiento de valentía en el cuál se incitó la necesidad de denunciar a los predadores responsables de abusos sexuales alrededor del mundo.
Sorprendentemente, muchísimas actrices famosas y modelos, sacaron a la luz experiencias muy similares a las de Judd, en las que el acusado las obligaba a verlo realizar actos sexuales, las tocaba, les impedía la salida e incluso llegó a abusar sexualmente de algunas. Famosas como Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Rosanna Arquett y Cara Delevingne, en adición a Judd, contaron sus traumáticas experiencias con este terrible hombre. Todas las historias tenían tintes parecidos, ya que él solía invitarlas a su cuarto de hotel y recibirlas en bata, antes de iniciar su comportamiento sexual inadecuado. En la actualidad, Weinstein fue despedido de su compañía de producción, fue expulsado de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos y su esposa Georgina Chapman, lo dejó como resultado de las denuncias.
La respuesta
Luego de lo sucedido se empezó a formar un movimiento de las redes sociales a nivel mundial, en el cuál mujeres y hombres que han sido abusados o acosados sexualmente escribían en Twitter “yo también”. Esto teniendo el propósito tanto de que ellos pudieran empezar a hablar de lo que les pasó, como de dimensionar la magnitud del problema. El lunes pasado a las 4 a.m., ya habían más de 200,000 tweets que utilizaban el hashtag #YoTambién y más de 80,000 personas hablaban de esto en Facebook. Asimismo, millones de personas empezaron a compartir sus historias de abuso sexual bajo el hashtag #MiHarveyWeinstein. Este movimiento surgió como un salvavidas para todas las personas que habiendo callado esto por tanto tiempo, tuvieron la facultad de contarlo, resolverlo y cicatrizarlo; algo de lo que todos los guatemaltecos debemos aprender, la importancia de quitarnos el miedo.
Harvey Weinstein para nuestra Guatemala
En Guatemala no existe solamente un caso Harvey Weinstein, sino varios. Hasta octubre del año 2013, se generaron 6 mil casos de violación, 4 mil 864 de mujeres y mil 205 de hombres. Se sabe que a nivel mundial aproximadamente 8 de cada 10 personas sufren de abuso sexual. Sin embargo, el miedo que prevalecía entre las actrices de Hollywood es algo todavía muy presente entre nuestras propias víctimas. Tanto la vergüenza que nos genera el haber sido abusados, como el miedo que le tenemos al perpetuador, crean una situación de silencio entre nuestra sociedad guatemalteca, que por no ser manifestado se convierte en algo más doloroso de guardar.
El agresor sexual suele amenazar a su víctima, para que esta tenga temor de pronunciarse, asimismo, puede llegar a convencerla de que el decirlo generará rechazo de parte de las personas, quienes la estigmatizarán como promiscuo/a o desvalorizado. Como consecuencia, la persona intenta seguir adelante “tratando de hacer como si esto no sucedió” e intentando borrarlo de su memoria. A estos comportamientos, la mente responde generando distintas patologías psicológicas como defensa a un evento destructivo que está obligada a guardar, en vez de sanar. Así nacen en hombres y mujeres, la depresión, el suicidio, los terrores nocturnos, la angustia, las disfunciones sexuales y las repeticiones inconscientes del acto del que fueron víctimas; multiplicando el daño que generó el hombre o mujer que vino a arrebatar la dignidad de una persona.
Debemos aprovechar esta oportunidad en la cual muchas personas alrededor del mundo se han hecho escuchar acerca de estos temas, para evitar que las víctimas guatemaltecas sigan reprimiéndolos y sufriendo en silencio. Es importante que sepan que no están solas, que no tienen la culpa y lo más importante, que pueden pedir ayuda. No podemos seguir ocultando a estas terribles personas, por el miedo a lo que pueda pasar, ya que es precisamente este silencio el que aumenta la prevalencia de los ataques sexuales y hace que los afectados sufran consecuencias aún más graves. Si tú guatemalteco, has pasado por una situación así, te invito a que te atrevas a sanar, que pierdas el miedo y que aspires a una vida mejor. Con tu ayuda podemos exponer a un predador más y así salvar a futuras víctimas.
Algunos centros de ayuda para víctimas de abuso sexual.
• Centro Prosame 23323282
• Fundación Sobrevivientes 22453000
• Clínica Viktor Frankl 2338-7799
• OSAR 2362-3572
• Ministerio de Gobernación 2413-8888 (denuncias)
