Ni delincuentes, ni mareros, yo Alba Trejo estudié en Comercio 2 y no ofenda a los estudiantes imagen

No son mareros, son estudiantes que ayer buscaban que se les escuchara y apoyara, en su lugar fueron arrastrados por un conductor enardecido que los lesionó en el cuerpo y en el alma.

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Ni delincuentes, ni mareros, yo Alba Trejo estudié en Comercio 2 y no ofendas a los estudiantes

Me impactó ver esas faldas a cuadros en las fotos de las redes. El corazón me palpitaba a mil por hora y respire profundo para contener la tristeza, el llanto y la indignación de ver a las niñas de Comercio 2, tiradas, arrastradas en el caliente asfalto, sangrantes, con sus piernas expuestas y vulnerables. ¡Hubiera podido ser yo!

¡¡¡Sí!!!, yo, que estudié en Comercio 2, durante tres años de mi vida y que como esos chicos, salí a la calle pacíficamente a pedir atención, y mejoras a nuestro lugar de estudio.

Viví las mismas precariedades que ellos viven, escritorios corroídos y ventanas sin vidrio por donde se colaba el agua en invierno, escasez de agua en los baños, etcétera, pero no por pedir lo digno era delincuente, ni mi hermano, ni mis compañeros de promoción.

¿Por qué se empeñan en apuntar con el dedo a los estudiantes? ¿Qué les ofende de ellos? ¿Que pidan lo que necesitan? ¿que demuestren que están cansados?

Ellos no iban para su casa, la jornada es vespertina y aún no era hora de clases, nadie les dio la oportunidad de expresar su solicitud.

Ese acéfalo e irracional conductor que se creyó con derecho de acelerar el carro y demoler a las estudiantes con sus llantas, convirtió una reunión pacífica en una desgracia.

Quien ofende a los estudiantes de Comercio 2, mi casa de estudios, me ofende a mí, porque nadie tiene derecho a juzgarlos, ni apuntarlos cuando es la primera vez en muchos años que salen a pedir atención.

Son chicos y chicas pobres, ¡¡¡si pobres!!!, que no es sinónimo de criminal señores, y que, como yo, quizás llegaron sin almorzar ayer porque sus padres no tienen recursos.

Porque a esa edad, y estando allí, lo que se tienen son deseos de estudiar y ser alguien en este país con pocas oportunidades para la juventud.

Yo sé lo que hacían, y no eran actos vandálicos, ni querían hacerlo a usted perder su tiempo bloqueando la calle. Buscaban ser vistos, oídos y apoyados.


No señores, no se vale que digan que esta bueno lo que les ocurrió a “esos estudiantes bochincheros”. No lo tolero porque Comercio 2 me formó como persona y como alumna. Me preparó para la vida.

Estuve cerca en ese momento crucial cuando las niñas y los niños se organizaban, 15 minutos antes pasé por el lugar y no vi palos, ni llantas, ni piedras.

Mis ojos se humedecen. No es justo que ahora se justifique un acto tan cobarde como el del piloto del carro que con  toda su ira aceleró el pedal.

Un comentario me atravesó el pecho. El de una mujer que dijo “que le quiten las canillas”, en alusión a la niña en estado crítico. Perdón que su deseo se haya cumplido a medias. La niña fue amputada de media pierna hacia abajo.

Hoy les digo a mis compañeros de casa de estudio, vi la lucha que tuvieron por evitar que el delincuente huyera, esperemos que las autoridades hagan justicia, y que nada los pare “pirañas” sigan con sus sueños. Yo siento un profundo vacío.

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