Todavía recuerdo a Mynor, un amigo de mi hijo, preparándose no solo para irse a su casa, sino para que le robaran en el camino. Agarró los Q200 que llevaba, me pidió que le hiciera sencillo un billete. Apartó Q160 se los metió en el calcetín, los Q40 restantes los puso en su billetera y me dijo “si me asaltan esto doy, si no llevo nada me pueden balear”.
Los patojos han aprendido a sobrevivir en esta jungla, en sus carros llevan un teléfono “chafa”. Cuando el asaltante con su rostro sudoroso, de mirada ansiosa y perdida, cuyas manos temblorosas por la adrenalina que les provoca asaltar, les tocan el vidrio y les colocan la pistola en la frente, los jóvenes tienen el tino para agarrar el aparato viejo, darlo y no verle la cara al vil ladrón para no ponerlo nervioso y evitar que se le vaya un tiro. Salvan su celular nuevo y ya no piensan que su vida pendía de un hilo.
Rosario, estudiante landivariana, fue asaltada por la Guardia de Honor, la Montúfar y La Reformita en el lapso de un mes. En uno de los atracos su compañera, Gaby, dio un frijolito y subió el vidrio del carro, la obligaron a bajarlo y la golpearon.
Ludwin, cuenta que va a la Usac en camioneta y lleva en la bolsa de su pantalón un teléfono frijolito. Cuando sube al bus coloca su mochila entre las piernas y con los pies la empuja para ponerla debajo del sillón y evitar que se la roben. Esconde su teléfono inteligente, su DPI y su tarjeta de débito. En la billetera deja Q10. “Siempre hay que llevar algo”, dice.
libres pero tras las rejas
Al poner un negocio resulta imposible librarse de las extorsiones, pese a que los comerciantes se esconden tras las rejas emulando lo prisioneros que nos sentimos los chapines ante los delincuentes. Los pandilleros tiran el famoso teléfono, llaman, dan un número de cuenta y una cifra para que se les deposite y los sentenciados a muerte tienen que pagar si quieren vivir.
Para abrir una cuenta bancaria se deben llenar una serie de requisitos ¿qué tan difícil es para el MP dar con los propietarios de las mismas? Sabemos que cada fiscal puede tener hasta 600 expedientes, lo que hace lenta e ineficiente la investigación. Y si al presentar la acusación al juzgado no está sustentada, los pandilleros quedan libres. Según instituciones de seguridad nacional, los mareros cobran alrededor de US$61 millones al año por extorsiones, dinero que legalizan, pero que dejó muchas muertes.
La nueva modalidad contra los taxistas es que si el piloto no paga la extorsión lo asesinan, aunque esperan que vaya acompañado de un pasajero a quien dejan mal herido, como le pasó a Federico, quien de su trabajo iba a su casa, tomó un taxi en la 18 calle de la zona 1, un marero mató al conductor y lo hirió. El joven de 24 años, pasó tres semanas en el intensivo, perdió un riñón y probablemente no pueda caminar bien debido a que la bala lastimó su columna.
A veces cuando se reporta “otro piloto de bus asesinado”, pienso “no es un número era una persona, un padre, esposo, hijo, un guatemalteco con historia, sueños, deseos y quien deja un profundo dolor en su familia”. No podemos ser tan inhumanos para seguir aceptando como normal que esto suceda.
Las cámaras de la ciudad, los reportes de prensa, los registros del INACEF y la PNC permiten identificar fácilmente los lugares de atracos, me resulta poco creíble que no se pueda contrarrestar más el flagelo. Estas instituciones tienen hasta los nombres de las pandillas y los sectores en que operan, entonces ¿Qué pasa? ¿Falta de voluntad o negocio?
Números escalofriantes
Países como Canadá, la gente no se acuerda cuándo fue el último asesinato; pero en Guatemala se reportan cerca de 15 homicidios cada día. Las alertas Alba Kenneth nos pueden llevar a pensar que la cifra es más alta, algunos desaparecidos no regresan y se han encontrado fosas clandestinas, y es que los mareros son capaces de desaparecer personas, uno de sus ritos de ingreso es “descuartizar”.
De acuerdo con la PNC, de enero a junio de 2017, se han reportado 2,652 heridos. Los departamentos de Guatemala, Escuintla, Izabal y Quetzaltenango registran más actos criminales. Los municipios del departamento de Guatemala más violentos son Guatemala, seguido de Villa Nueva y Mixco.
Las zonas más peligrosas en la capital son 1, 6, 12 y 18. Todos los días son violentos, pero hay un incremento los domingos, sábados y lunes, entre 7 y 8 de la noche. Aunque no quedan atrás los atracos a otras horas.
Los actos violentos afectan, principalmente, a jóvenes entre 21 y 30 años. Seguidos por la población comprendida entre 31 y 40 años. El impacto homicida llega más al sexo masculino en un 87% del total. A estos números podemos sumar que en estos seis meses han sido robados en la capital 379 residencias, 225 comercios, 1,688 vehículos y 2,655 motocicletas.
¿Cuándo Guatemala se volvió uno de los cuatro países más violentos del mundo? ¿Qué instituciones del Estado, defensores de los derechos y ONG´s harán algo para que el chapín pueda vivir sin temor; para que los jóvenes salgan a trabajar, estudiar y divertirse con la seguridad que volverán a sus hogares y en donde los padres podrán esperarlos plácidamente dormidos? Algunos muchachos prefieren no conocer esta realidad, pues tendrían que estar en una burbuja, eso no se puede y no se vale.
