Por: Roberto Díaz
Hace ya 35 años que la industria de Hollywood trajo al mundo una de las películas más emblemáticas de actividad sobrenatural y casas embrujadas; una película que asustó a muchas generaciones desde 1982, “Poltergeist”. Dirigida por Tobe Hopper, el responsable de la cruel Texas Chainsaw Massacre y co-escrita por el experto en cine fantástico Steven Spielberg, lograron una combinación de terror, suspenso y fantasía que muy pocas veces se puede emular.
Con personajes tan identificables como la familia Freeling quienes son los que tienen que soportar a los espantos durante este metraje, pasando por juguetes poseídos y una vidente con enanismo, esta película se volvió un clásico en su género, no por enseñar misteriosos seres fantasmales sino más bien por hacer de cosas cotidianas una pesadilla paranormal; a estas alturas del milenio habrá cosas más espeluznantes, claro, pero esto no le quita el mérito. A raíz de esta película salieron 2 secuelas durante la década de los 80 y un remake que no estuvo nada mal en el 2015.
Si de casualidad eres de ese pequeño número de personas que aun no la han visto, mi más sincera recomendación es que lo hagas, busca poporopos y una tarde libre y te aseguro que no verás con los mismos ojos los juguetes de tus sobrinos, aunque debes tomar en cuenta el año en que se creó para justificar los efectos especiales.
Algunos datos curiosos. La palabra poltergeist significa espíritu ruidoso y la dicen los personajes tres veces en todo el filme. Muchos actores se quejaron de sucesos extraños durante el rodaje e inclusive existe una leyenda urbana de una maldición en el rodaje por la muerte prematura de algunos de los actores. En fin, vale la pena verla, ya sea por el recuerdo o porque, como muchos otros, quieres experimentar los escalofríos al escuchar la famosa frase