El Silencio Eterno, El Fondo del Mar – Parte III Océano Pacífico imagen

El silencio eterno es la serie de columnas que Eduardo Rubio, el Mirador del cosmos, dedica a los océanos del mundo. Esta vez nos escribe a 200 millas de Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Continuando con nuestro viaje al fondo del mar, en esta entrega exploraremos el océano más grande de todos, el Océano Pacífico, lugar donde encontramos las mayores profundidades conocidas de nuestro planeta.

De Este al Oeste, el Océano Pacífico se extiende desde las costas del continente americano hasta las costas de Asia, mientras que de Sur a Norte, el Pacífico se extiende desde las costas de la Antártida hasta el océano glacial Ártico. La extensión de este océano es colosal y su superficie cubre un 46% de la superficie del planeta y es equivalente a 165.3 millones de kilómetros cuadrados, o si se quiere ver en términos de la superficie de Guatemala, es equivalente a más de 1,500 veces el área de nuestro país.

Es en este punto de la Tierra donde encontramos muchos paisajes sumergidos que son mudos testigos de las fuerzas plutónicas que esculpen la superficie de nuestro planeta. Es en el Océano Pacífico, donde encontramos las fosas más profundas de nuestro planeta. Los cinco sitios más profundos se encuentran en el Océano Pacífico, y superan por varios miles de metros a sus contrapartes en otras regiones del mundo.

Las 5 fosas más profundas son la de las Marianas, cerca de las islas Marianas con 11,036 metros de profundidad. Le siguen la fosa de Tonga (cerca de las Islas Tonga) con 10,882 m; fosa de las Filipinas, con 10,545 m; la fosa entre las islas Kuriles y la Península de Kamchatka, con 10,542 m., y la fosa de Kermadec, con 10,047 m. de profundidad. Todas estas fosas superan los 10 kilómetros de profundidad y de todas, solamente la fosa de las Marianas ha sido explorada rudimentariamente por seres humanos.

Fue en esta fosa donde el suizo Jaques Piccard y el oficial estadounidense Don Walsh pasaron a la historia un 23 enero de 1960, como los primeros seres humanos en descender a este punto en un submarino especialmente diseñado para ese propósito, el batiscafo Trieste. La hazaña fue repetida el 26 de marzo de 2012 cuando el multimillonario director de cine estadounidense James Cameron descendió nuevamente a este punto, en su propio submarino llamado Deepsea Challenger.

Estos son los únicos tres descensos tripulados registrados a la fecha de estos lugares. Sin embargo, una armada de robots ha mantenido un monitoreo constante de estas remotas profundidades revelando la existencia de formas de vida que desafían nuestra imaginación.

El fondo del Océano Pacífico también contiene planicies abisales, estructuras bastante llanas que para el caso del Océano Pacífico, son las planicies más aplanadas que podemos encontrar en nuestro planeta.

Las planicies abisales se encuentran a una profundidad que varía entre 3,000 m. y

6,000 m., y cubren una extensión enorme en las profundidades, casi la mitad de la superficie de nuestro planeta esta cubierta por planicies abisales sumergidas. Las principales planicies abisales del Pacífico son la planicie de Tufts y Aleutianas (al sur de Alaska), la planicie de Guatemala, Perú, Chile y Bellingshausen, localizadas paralelas a la costa Oeste y de Norte a Sur del continente americano. Le siguen las enormes planicies localizadas en el centro del Pacífico, llamadas planicie del Sureste, la planicie Sur Oeste, la planicie central, la planicie de Tiki, la del pacífico Noroeste y las de las filipinas. Todas estas planicies abisales cubren áreas enormes, varios miles de kilómetros cuadrados.

La vastedad del pacífico permite que este sea el lugar idóneo y de elección para depositar desechos espaciales cuando re-entran a la atmósfera terrestre. Así por ejemplo, el fondo del Pacífico Sur, es el lugar donde se encuentran los restos de la venerable estación espacial rusa MIR. En el mismo lugar encontramos también, los restos del módulo lunar Aquarius, que sirvió de salvavidas a los astronautas de la misión Apollo 13. Estos restos cayeron cerca de la fosa de Tonga cerca de las Islas Fiji, luego de desintegrarse en la atmósfera y se hundieron a varios kilómetros de profundidad. El módulo lunar del Apollo 13, transportaba un generador radioisotópico que funciona con plutonio. Afortunadamente el contenedor fue diseñado en un contenedor extremadamente resistente y se encuentra sumergido a varios kilómetros de profundidad. Por esta razón es altamente improbable que esta pastilla de plutonio, libere radiactividad en el ambiente.

Continuará..

BLOG: MIRADOR DEL COSMOS, POR EDUARDO RUBIO




Astrónomo de profesión. Nómada del tercer planeta desde el Sol. Admirador de atardeceres, del mar y las montañas. Apasionado de las miniaturas a escala y de la historia. Lea todas sus columnas en este enlace.

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