La ciudad de Guatemala, con sus 241 años de fundación, es una urbe en movimiento que crece exponencialmente y desordenadamente. Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística -INE- el área metropolitana cuenta ya con 4 millones 700 mil habitantes.
De 1905 a 2005 el parque vehicular en el departamento de Guatemala pasó de registrar el primer vehículo motorizado a contar con 608 mil 961 automotores, según estadísticas de la Superintendencia de Administración Tributaria -SAT-. Esta cifra casi se triplicó en los últimos doce años si se toma en cuenta que a junio del año en curso se reportan 1 millón 507 mil 789.
El parque vehicular, que comprende a doce tipos de vehículos motorizados, suma 3 millones 388 mil 313 en todo el país, lo que quiere decir que el 49 por ciento circula en el área metropolitana de Guatemala. Muchos de estos automotores ingresan diariamente de los municipios dormitorio a las zonas comerciales más importantes de la capital.
Las largas colas de tránsito, los bocinazos, los insultos, las quejas son parte ya del paisaje urbano de una ciudad que parece agonizar y que clama a gritos soluciones inmediatas.
El transporte público ha ganado una medalla a la ineficiencia, organizado con 109 rutas dispersas, desordenadas, inseguras y colapsadas, los buses públicos transportan, solo en el área metropolitana, a unos 2 millones 600 mil usuarios, según datos de la Defensoría de los Usuarios del Transporte de la Procuraduría de Derechos Humanos -PDH-.
El Transmetro, la niña bonita de la ciudad, mueve a más de 275 mil personas diarias, aunque es por mucho el mejor sistema de transporte de esta urbe, el mismo ya colapsó y urge de la incorporación de otros sistemas que contribuyan a mejorar la forma en la que los citadinos nos movilizamos.
En ese contexto la calidad del aire en la ciudad se ha desmejorado, los citadinos generamos de miles de toneladas métricas de basura que van a parar diariamente a un vertedero colapsado. Desde la función pública aún no se generan alternativas reales y serias para el tratamiento de los desechos sólidos.
Los recursos hídricos de la ciudad se agotan, decenas de pozos de agua ya se encuentran secos y aunque hay algunos esfuerzos para poner algunas plantas de tratamiento y de captación de agua de lluvia, estás son insuficientes. Lamentablemente la gran mayoría de nuestros recursos hídricos los vertemos en los desagües y posteriormente estos contaminan nuestros ríos.
Hemos sido irresponsables en el tratamiento del agua y la basura y se nos olvida que los recursos hídricos son finitos. Así que hoy, más allá de la feria en honor a nuestra patrona: la Virgen de la Asunción, no todo es fiesta en la ciudad.