Dándole seguimiento al acercamiento criminológico de hechos violentos en nuestro país, que por cierto son incontables y muy complejos, creo que es conveniente abordar las constantes y lamentables muertes de pilotos de autobuses tanto urbanos como de rutas cortas.
La investigación criminalística y el manejo de las escenas de crimen por parte de peritos en recolección de evidencias ha ido perfeccionándose y recopilando elementos útiles en la investigación penal: ubicación georeferenciada, fotografías, imágenes audiovisuales, evidencia balística, huellas digitales, fluidos y el cuerpo de la víctima, si el resultado fuera un asesinato. Estos análisis son realizados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, el cual genera un reporte técnico científico.
El trabajo conjunto de las instituciones investigativas es vital. En el blog anterior se mencionó que con estas publicaciones se pretendería el eliminar la frase “es obvio”. ¿Por qué razón? Porque es precisamente eso lo que hace diferente la investigación criminológica, el ubicar en tiempo y espacio lo que tenemos y complementarlo con lo que, muchas veces, está en los contextos criminales y es difícil de identificar. Ayudará a desechar la percepción que por hechos obvios es que suceden estos hechos violentos.
La negación a pagar la extorsión de grupos criminales, la competencia en nuevas rutas, corrupción entre pilotos y dueños de los transportes, acciones pandilleriles o –superficialmente– el hecho de ser un área peligrosa en tiempo y espacio son elementos que cuentan en la investigación. No obstante, es necesario ubicarse en la posición de la víctima y la del victimario.
El analizar qué puede imaginar la víctima en un contexto violento, trabajo peligroso y círculo de la violencia seguramente proporcionaría elementos como, rutina de trabajo, vida familiar, amistades construidas por medio de intercambio social y largos horarios. Incluir información personal en el perfil criminológico ayudará a conocer las razones del porqué se escogió dicho trabajo, poca opción de obtener otro, entorno familiar favorable, escasa formación profesional, entre otros.
Esto conllevará inevitablemente al análisis macro del porqué del trágico final de la víctima. El manejo de imágenes de cámaras de vigilancia, entrevistas a testigos directos e indirectos, análisis de evidencia forense y, sobre todo, conjuntar todos estos elementos ayudará a crear hipótesis de índole criminal con el fin de ordenar, entender y clarificar la evidencia recopilada sobre estos hechos violentos.
Reitero que pensar criminalmente no es la única opción,
sino el conjuntar elementos de análisis, ventajas y desventajas de la evidencia y sopesar horarios, testigos, reinicidencia en áreas geográficas identificadas de alta peligrosidad o rutas específicas que son blanco de estos ataques.
Pensar lateralmente ayudará a crear posibles escenarios de acción, investigación, reacción y prevención. La visión unilateral es contraproducente; el crimen es multidireccional y por lo tanto lo obvio no tiene cabida, mucho menos pensar que es una acción violenta por ser violentos socialmente.
Ubicarnos en tiempo y espacio en contextos alternativos del crimen se complementará al entender que procesar la evidencia forense es abordar los puntos débiles de criminales, analizados científicamente, y robustecer una sólida investigación criminológica.
Blog del crimen: Por Federico Reyes
Doctor en reconstrucción facial por la universidad de Glasgow, Escocia. Catedrático del curso de análisis criminal y pensamiento lateral en Unversity College London, Inglaterra. Asesor para MP, INACIF, PNC y Naciones Unidas.