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Si bien el período menstrual no es algo sucio, la basura que genera sí lo es. Muchas mujeres, me incluyo, nunca vimos otra cosa que las toallas sanitarias desechables en la adolescencia. Cuando escuchaba hablar de las mujeres sin casa, las refugiadas, las migrantes, pensaba “qué horror”, debía ser no tener toallas sanitarias desechables cada mes; o tampones, digamos.

Los tampones vienen con advertencia, espero que ya todas lo sepamos, de un síndrome de shock tóxico que puede matarte un día cualquiera. Como si en lugar de hacernos la vida menos complicada, además de los cólicos agrégale peligro de muerte.

Hay quienes se han decidido por las copas menstruales, de las cuales me declaro gran fan empedernida. Me parecen supercómodas (aunque nada cómodas al principio, ya crucé la barrera y ahora estoy maravillada), superamigables con el ambiente (#bff), comodísima para viajar y hacer ejercicio.

Sin embargo, hay muchas mujeres que no consiguen hacerse “amiguis” con las copas, pero sí con el medioambiente. Muchas de ellas, como Susana, han decidido usar toallas sanitarias reusables. Una búsqueda en Google abre un mundo de posibilidades: hay decenas de materiales para elegir, orgánicos, de algodón, de fibras de bambú. Mandadas a traer de afuera o con vendedores aquí en Guatemala, los diseños y personalizaciones también son el hit. Aunque en lo personal, todas deberían ser rojas como el traje de Deadpool.

Estas toallas se lavan después de su uso, a mano, en la lavadora o por el método preferido de la usuaria, después se guardan para la próxima vez. CERO BASURA. Hay quienes, incluso, las exprimen sobre su huertito para darle un extra toque fertilizador para que crezca bonito.

Están las que han recibido retroalimentación negativa acerca del período haciéndolo parecer sucio, inmoral e incómodo. Susana cuenta que las toallas reusables le parecen mucho más cómodas por el material y que lavarlas le ha dado una relación distinta con la menstruación. Ya no es de guerra, sino de conexión y complicidad. Ella, que empieza esta relación con la menstruación, el período, la regla, o como quieras llamarle, se siente en control y cómoda con su cuerpo (cuerpa, me corrigen).

Por una cultura de amistad entre tu regla y tú, una especie de cuchubal todo junto con el medioambiente, me despido, motivando a salir de la cuadrada caja de toallas desechables y probar otras opciones. Puede que te guste.



¿Cuántas toallas sanitarias ensucian el planeta?

Una mujer que usa alrededor de 20 toallas por ciclo, puede heredar más de 5,000 toallas sanitarias (manchadas) al planeta, que se quedarán allí mucho después de que las nietas de esa mujer hayan muerto. Si tomamos en cuenta que casi un 50 por ciento de la población es femenina, son más de 3 mil millones de mujeres que heredaran 5,000 toallas sanitarias que nunca se destruyen en su tiempo de vida. Hay que multiplicar cinco mil por tres mil millones para tener un dato estimado que de seguir así, no hay quién lo detenga.




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