Real Madrid y Barcelona entre el filo y el abismo imagen

Al Real no le importa que haga el Barsa mientras que los azulgranas jugarán con la “tele” prendida para ver qué hace el Madrid y celebrar los goles del Málaga.

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Este domingo acaba La Liga Española. Todas esas opiniones, malas “guasas” y burlas que rayan la ofensa en las redes sociales se irán y prometen regresar en agosto o para el siguiente clásico. Al Madrid solo le hace falta un punto para ir celebrar a la plaza Cibeles mientras que el Barcelona clama a “viejos y nuevos dioses” para levantar la copa. Al Real no le importa que haga el Barsa mientras que los azulgranas jugarán con la “tele” prendida para ver qué hace el Madrid y celebrar los goles del Málaga.

Los dos al filo del abismo, sí porque si mañana pierde el Real Madrid frente al Málaga y Barcelona gana, los azulgranas serán tricampeones de la Liga y si el Real Madrid gana, volverá a levantar la copa que desde el 2012, en la era de José Mourinho, se le había olvidado recolectar. Sería la 33. Por el lado del Barsa la crisis será privada con muchos dedos índices que saldrán a buscar culpables por la debacle de la temporada.

Si el Barcelona se corona despedirá a Luis Enrique con una manta de “Gracias Lucho” y un apretón de manos por la copa y a lo que sigue. En caso que el Real Madrid pierda sufrirá de un ataque de confianza que le seguirá hasta Cardiff cuando enfrente a la Juventus por la Liga de Campeones. Zidane caminará sobre el filo porque si no gana cualquiera de los dos títulos tendrá que arreglar maletas. Ni hablemos de los que se van o se quedan.

Luis Enrique se irá callado, sin mucho que decir o agregar, con las botas puestas, sin grandes dramas y sin funerales de estado. Calmado él a descansar a “Dios sabe dónde” y la vida continúa. En su credencial figura un triplete, un par de Ligas y otros títulos que ameritan un nuevo y jugoso contrato donde mande él.

Noche de fantasmas

La última fecha tendrá su toque fantasmagórico porque la prensa catalana, incluso la madridista le sacará en cara al Real Madrid aquellas últimas jornadas de las temporadas 91-92 y 92-93 que hoy se les recuerda como “tenerifazos”.

Los medios calculan las coincidencias y, claro, las hay. En aquellas dos veces Jorge Valdano, un madridista de corazón, era el técnico de Tenerife cuando le ganó en casa al Madrid dándole ambos títulos al Barcelona de Romario y Stoichkov. Hoy es Michel quien dirige al Málaga, un tipo que aparte de luchador e inteligente, nunca se rendía en la cancha. Es esa actitud que se espera de su equipo mañana en casa.

El Madrid juega de visitante y el que crea que al equipo merengue le ha ido mal así pues, oh sorpresa, el déficit de puntos dejados fuera del Bernabéu ha venido a la baja. En esta temporada han sido 10 puntos, en la anterior fueron 16 y 15 en la antepasada. Tanto el Tenerife como el Málaga no tenían nada que perder en sus respectivas dimensiones temporales, así que las tablas de Ouija estarán abiertas para invocar fantasmas. Como siempre el tema físico estará presente pero en caso que el Real Madrid pierda, la culpa será toda de Zizou por exprimir a sus jugadores y si gana será un genio por saber rotar su plantilla. Así es esto de incomprensible.

Será intenso. “Muchos no quieren que gane el Madrid” dice Zidane y tiene razón. El éxito produce las más fuertes envidias y nadie quiere sentirse mal. El “camisetazo” de Messi en el Bernabéu será el pie de página en el libro del Madrid en caso de salir campeón mientras que si Barsa se corona, será la primera plana.

Después viene la época pasiva-agresiva de los fichajes. Ernesto Valverde está cerca del Barsa, dicen. Vinicius Junior y Theo Hernández fichajes que fueron codiciados por los culés ya son del Real Madrid. La rivalidad continúa.

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