Atardeceres, paisajes y la tragedia que opaca la magia del Lago de Atitlán imagen

Bellos paisajes, cultura y aventura es lo que hace del lago, uno de los destinos más visitados por los turistas extranjeros y nacionales.

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Protegido por el misterio de 3 volcanes y 12 pueblos que relatan diferentes historias. El Lago de Atitlán cuenta con una mística e inigualable extensión  de territorio, ya que en cada rinconcito puedes observar la magia del lugar.

Cultura, gastronomía, leyendas y bellos atardeceres son parte de la experiencia que experimentarás. Pero, hay algo que todos los lugareños temen, ¡el famoso Xocomil! Una leyenda que para muchos es la causante de la última tragedia que ha cobrado la vida de tres personas y ha desaparecido a cuatro más.



Foto: Juan José Muralles 

Xocomil historia de amor y tragedia

Cuenta la leyenda que Citlaltzin, su nombre significa Estrellita, la hija del cacique de la región, se bañaba en los ríos dirigidos hacia los imponentes volcanes. Era una hermosa mujer quien cantaba con voz dulce, por lo cual los ríos se enamoraron de ella. Cada día esperaban con anhelo el baño de la doncella.

Los tres ríos se consideraban a sí mismos como amantes de Citlaltzin, pero sabían que ella era la prometida del hijo de otro cacique. Una mañana, la joven se encontró con Tzilmiztli, su nombre significa Puma Negro, un plebeyo hijo del carpintero de la región. No era permitido que la nobleza tuviera relación o contacto con los plebeyos. Sin embargo, eso no impidió que se enamoraran.

Citlaltzin se apresuraba a bañarse en los ríos para encontrarse con Tzilmiztli y su habitual canto fue desapareciendo. Los ríos no comprendían el cambio de la doncella y le preguntaron al viento qué sucedía. Este les contó lo que pasaba entre los enamorados. 

Los ríos se cegaron por los celos y pidieron al viento que cuando los jóvenes enamorados acudieran a los ríos, empujara a Tzilmiztli para que se ahogara en las aguas enfurecidas mezcladas con el viento.

Cuando Citlaltzin notó lo que sucedió, decidió que no podía vivir sin Tzilmiztli. Así que voluntariamente entró a las aguas y, en medio de la furia, tomó la mano de él para luego hundirse juntos.  

Los ríos, al ver que Citlaltzin terminó su vida junto a Tzilmiztli, se enfurecieron aún más hasta formar un choque de corrientes que cubrió toda la región. Según la leyenda, fue así como se formó el Lago de Atitlán. Las aguas nunca olvidaron la traición de su amada y junto con el viento todavía protestan su pecado.



Foto: Juan José Muralles 

¿Irresponsabilidad? O ¿destino? 

El pasado miércoles, 14 de noviembre, una lancha de nombre Estelita naufragó en las aguas del Lago de Atitlán. Su ruta final era Panajachel. “Dicen que la lancha salió de Santiago a Panajachel y por los fuertes vientos y las olas de 1.30 metros se hundió el bote”. “Entró mucha agua, lo que provocó que todos se asustaran y trasladaran atrás, lo cual causó que el peso hundiera la lancha”, comentó Edgar, originario de Panajachel.

Lo que muchos temen es que nuevamente algún bote sufra un accidente y que la magia del Lago de Atitlán se torne en tragedia.  “Lo recomendable es que no llenen las lanchas y que todos los usuarios utilicen el chaleco salvavidas. Cuando trabajé en San Marcos La Laguna, los lancheros siempre llenaban el bote, para ellos es mejor, porque reciben más pago, pero es peligroso”, señaló Edgar.

Adrián, nombre ficticio de un lanchero en Panajachel, por miedo a proporcionar su nombre real, brindó su punto de vista de lo sucedido. “Como capitán nosotros sabemos cuándo es peligroso o no; en mi caso yo le pido a las personas que utilicen el chaleco salvavidas, pero muchas veces no hacen caso. Lamento lo sucedido”. 

Los usuarios simplemente piden seguridad y responsabilidad por parte de los lancheros. “Las autoridades deben tomar cartas en el asunto, no puede haber otro accidente como estos, transitar por carreteras es peligroso y ahora por el lago también. Los lancheros deben tener la experiencia para navegar en situaciones como estas y en todo caso no transitar”, explicó Edgar. 

Y ¿ahora? 

Rodolfo Salazar, Gobernador Departamental, mencionó cuál es el protocolo que se está llevando a cabo, después de una semana del accidente. “Se ha estado en coordinación con la Asociación de Lancheros de Panajachel y Santiago Atitlán, seguimos con el monitoreo en todo el lago”. “Hay 22 lanchas realizando un rastreo, también hemos prestado servicio psicológico a las familias afectadas”. 

Bomberos y voluntarios están en la búsqueda de 4 desaparecidos que aún se encuentran en alguna parte del lago. “Los bomberos de la 33 compañía de Panajachel y los hombres rana y la base naval han estado en la búsqueda. Hombres rana de Santa Cruz del Quiché y Quetzaltenango, además de 90 personas en el área no descansaremos hasta encontrarlos”. “El clima ha sido un factor crucial para la continuidad del trabajo”, comentó Salazar. 

El viaje por lancha es una de las atracciones turísticas del lugar. Observar la majestuosidad del lago inspira para que los turistas tanto nacionales como internacionales se lleven retratos únicos. “Los lancheros tienen la orden que deben poseer el equipo adecuado”. “La persona que no utilice el chaleco salvavidas debe descolgar inmediatamente la lancha”, relató el Gobernador Departamental.

El día se despide con los atardecer de noviembre, llenos de color y encanto. Le dicen adiós a los visitantes, hasta que en un nuevo amanecer resalte la magia del Lago de Atitlán. 

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